martes, 25 de diciembre de 2012

Vaieji (Genesis 47:28 - 50:26)






Iaacov había llegado a la edad de ciento cuarenta y siete años. Se aproximaba el fin de sus días. Llamó pues, a Iosef y le hizo prometer que lo sepultara en Canaán, el lugar del eterno descanso de sus padres, y no en Egipto. Tiempo después se le informó a Iosef que Iaacov estaba enfermo y fue a visitarlo con sus dos hijos, Efraim y Menashé. Iaacov le dijo a Iosef que Efraim y Menashé serían contados entre sus propios hijos. Cada uno de ellos sería cabeza de un shévet (tribu), al igual que los hijos de Iaacov. Iosef acercó a sus hijos a Iaacov y éste los besó y abrazó.
Iaacov extendió la mano derecha y la colocó sobre la cabeza de Efraim (el más joven), y la izquierda sobre la cabeza de Menashé. Iosef pensó que era incorrecto que la mano derecha de su padre estuviera sobre la cabeza de Efraim; entonces le levantó la mano, le explicó que Menashé era el mayor y que en consecuencia, su mano derecha debía estar sobre su cabeza. Iaacov rehusó cambiar la posición, profetizando que Menashé se convertiría en una gran nación, pero que el shévet Efraim seria aún mayor
Iaacov llamó a todos sus hijos junto a su lecho, habló a cada uno de ellos y los bendijo. Estas famosas bendiciones, conocidas como "Birkat Iaacov" (bendiciones de Iaacov), están llenas de profecías sobre el futuro de cada shévet, y de descripciones de los atributos y características de cada uno de ellos.
Iaacov ordenó a todos sus hijos que lo sepultaran en la Mearat Hamajpelá, que Abraham le había comprado a Efrón.
Iaacov terminó de dar las instrucciones a los hijos, juntó los pies en la cama y "retornó a su pueblo".
Iosef cayó sobre el padre, lloró y lo besó. Luego ordenó a los médicos que lo embalsamaran, cosa que hicieron. Los egipcios observaron duelo por Iaacov durante setenta días. Iosef recibió permiso de Faraón y él, sus hermanos y todos los miembros de sus familias, junto con los ancianos de Egipto, pudieron ir a Canaán a inhumar a Iaacov en la Mearat Hamajpelá, como él les había instruido.
A su regreso a Egipto, los hermanos de Iosef, temerosos de que éste tratara de vengarse, buscaron su perdón por las malas acciones pasadas. Sin embargo, Iosef les aseguró que no había en él ánimo de venganza, los calmó y les dijo que apoyaría a ellos y a sus hijos.
Antes de su muerte, Iosef hizo jurar a los hijos de Israel que llevarían sus restos consigo cuando Hashem los condujera de regreso a la Tierra Prometida.
Iosef murió a la edad de ciento diez años y su cuerpo fue embalsamado y colocado en un féretro.

Lilmod ULelamed




 GALEGO


Iaacov chegara á idade de cento corenta e sete anos. Aproximábase o fin dos seus días. Chamou pois, a Iosef e fíxolle prometer que o sepultase en Canaán, o lugar do eterno descanso dos seus pais, e non en Egipto. Tempo despois informóuselle a Iosef que Iaacov estaba doente e foi visitalo cos seus dous fillos, Efraim e Menashé. Iaacov díxolle a Iosef que Efraim e Menashé serían contados entre os seus propios fillos. Cada un deles sería cabeza dun shévet (tribo), do mesmo xeito que os fillos de Iaacov. Iosef achegou aos seus fillos a Iaacov e este bicounos e abrazou.
Iaacov estendeu a man dereita e colocouna sobre a cabeza de Efraim (o máis novo), e a esquerda sobre a cabeza de Menashé. Iosef pensou que era incorrecto que a man dereita do seu pai estivese sobre a cabeza de Efraim; entón levantoulle a man, explicoulle que Menashé era o maior e que en consecuencia, a súa man dereita debía estar sobre a súa cabeza. Iaacov rehusó cambiar a posición, profetizando que Menashé converteríase nunha gran nación, pero que o shévet Efraim seria aínda maior
Iaacov chamou a todos os seus fillos xunto ao seu leito, falou a cada un deles e bendíxoos. Estas famosas bendicións, coñecidas como "Birkat Iaacov" (bendicións de Iaacov), están cheas de profecías sobre o futuro de cada shévet, e de descricións dos atributos e características de cada un deles.
Iaacov ordenou a todos os seus fillos que o sepultasen na Mearat Hamajpelá, que Abraham comproulle a Efrón.
Iaacov terminou de dar as instrucións aos fillos, xuntou os pés na cama e "retornou ao seu pobo".
Iosef caeu sobre o pai, chorou e bicouno. Logo ordenou aos médicos que o embalsamaran, cousa que fixeron. Os egipcios observaron duelo por Iaacov durante setenta días. Iosef recibiu permiso de Faraón e el, os seus irmáns e todos os membros das súas familias, xunto cos anciáns de Egipto, puideron ir a Canaán a inhumar a Iaacov na Mearat Hamajpelá, como el instruír.
Ao seu regreso a Egipto, os irmáns de Iosef, medorentos de que este tratase de vingarse, buscaron o seu perdón polas malas accións pasadas. Con todo, Iosef aseguroulles que non había nel ánimo de vinganza, acougounos e díxolles que apoiaría a eles e aos seus fillos.
Antes da súa morte, Iosef fixo xurar aos fillos de Israel que levarían os seus restos consigo cando Hashem conducíseos de regreso á Terra Prometida.
Iosef morreu á idade de cento dez anos e o seu corpo foi embalsamado e colocado nun féretro.
Lilmod ULelamed

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Vaigash (Genesis 44:18 - 47:27)






Luego que Biniamin fuera acusado de robar la copa de plata de Iosef, Iehudá se aproximó a éste y le formuló una elocuente apelación. Señaló el amor y el afecto especial que su padre Iaacov sentía por el único hijo que le quedaba de su esposa Rajel. El amor era tan intenso que el alma de Biniamin era tan cara a Iaacov como la suya propia. De hecho, continuó Iehudá, cuando Iaacov viera que Biniamin no había regresado con ellos, la decepción le causaría, seguramente, la muerte. Iehudá explicó también que él había garantizado personalmente el retorno seguro de Biniamin, y que el fracaso de este cometido provocaría su pérdida de este mundo y el venidero. En consecuencia, imploró que se le permitiera permanecer en Egipto como esclavo en lugar de Biniamin, y que éste pudiera regresar con los hermanos junto a su padre.
Iosef no pudo continuar conteniendo su fuerte emoción y ordenó que salieran todos los que estaban en la habitación, con excepción de sus hermanos. Una vez que estuvieron solos, comenzó a llorar mientras exclamaba: "Soy Iosef" y enseguida preguntó: "¿Está mi padre realmente vivo, aún?". Sus hermanos no pudieron responderle, pues estaban avergonzados por lo que le habían hecho. Iosef se dio cuenta de esto y les indicó que se acercaran a él, cosa que hicieron. Los consoló y les pidió que no estuvieran tristes por haberlo vendido, pues Hashem lo había enviado allí, efectivamente, para mantenerlos vivos durante los años de hambre. Les indicó que regresaran enseguida a Canáan y le dijeran a su padre que viniera a Egipto con sus hijos y nietos, y todos sus bienes. Ellos vivirían en la tierra de Goshen (la tierra de más fina pastura de Egipto) y Iosef les proveería de suficiente alimento para los años de hambruna que aún restaban.
La noticia del arribo de los hermanos de Iosef llegó al Faraón, quien indicó a Iosef que les dijera que trajeran a Egipto a Iaacov y a toda su familia y pertenencias. Además le ordenó que les encargara llevar carros para transportar a sus esposas e hijos. Iosef le regaló a cada uno de sus hermanos juegos de ropa y a Biniamin cinco de tales juegos y trescientos Selaím (monedas de plata de aquel entonces). También les dio provisiones para el camino.
A su padre le envió diez asnos cargados con lo mejor de la tierra de Egipto y otros diez con todo tipo de alimentos para el viaje.
Los hermanos salieron de Egipto y llegaron a Canaán. Allí le informaron a su padre que Iosef estaba vivo y que gobernaba sobre todo Egipto. El corazón de Iaacov dio un brinco, no les creía. Entonces los hermanos contaron lo que Iosef les había dicho. Iaacov oyó todo esto, vio los carros que Iosef había enviado para él y comprendió que se había convertido realmente en un soberano de Egipto. Exclamó entonces: "Hay aún mucha alegría en mi vida, pues Iosef está vivo. Iré a verlo antes de morir". Iaacov inició su viaje y llegó a Beer Sheva, donde ofrendó sacrificios a Di-s.

Hashem se le apareció en una visión y le dijo que no temiera viajar a Egipto, pues sus descendientes constituirían allí una gran nación. También le prometió que lo acompañaría a Egipto y luego lo llevaría de regreso a Eretz Israel (lo cual significaba que a su muerte sería sepultado en su tierra).
Iaacov fue a Egipto con todos sus hijos y nietos. Eran setenta las personas de la casa de Iaacov que llegaron a aquel país.

Iosef preparó personalmente su carroza y fue al encuentro de su padre. En una escena plena de emoción tuvo lugar, finalmente, la reunión. Iosef se aferró al cuello del padre, llorando continuamente.
Iaacov exclamó: "Si yo muriese inmediatamente después de haberte visto, me sentiría confortado, pues aún estás vivo".
Iosef dijo a sus hermanos y demás familiares que iba a informarle a Faraón de su llegada. Les aconsejó que cuando el rey los llamara y les preguntara cuál era su ocupación, respondieran que eran pastores. De este modo se asegurarían de vivir en Goshen, una buena tierra de pasturas, lejos de los egipcios, porque para éstos todo pastor era una abominación, ya que adoraban a la oveja como a un dios.
Iosef presentó a cinco de sus hermanos a Faraón y ellos siguieron su consejo en su conversación con el soberano, quien finalmente dijo a Iosef que instalara al padre y a los hermanos en la tierra de Goshen. Iosef llevó a su padre ante Faraón y Iaacov le confirió a éste su bendición.
La hambruna había alcanzado una etapa crítica. Iosef recaudó mucho dinero en las tierras de Egipto y Canaán gracias a la venta de alimentos, y lo llevó al tesoro real. En pago por los alimentos Iosef exigía a los egipcios, en primer lugar, su ganado, y luego su tierra. Los israelitas vivieron en Goshen, donde adquirieron propiedades y crecieron en número.

Lilmod ULelamed

EN GALEGO

Logo que Biniamin fose acusado de roubar a copa de prata de Iosef, Iehudá aproximouse a este e formuloulle unha elocuente apelación. Sinalou o amor e o afecto especial que o seu pai Iaacov sentía polo único fillo que lle quedaba da súa esposa Rajel. O amor era tan intenso que a alma de Biniamin era tan cara a Iaacov como a súa propia. De feito, continuou Iehudá, cando Iaacov vise que Biniamin non regresara con eles, a decepción causaríalle, seguramente, a morte. Iehudá explicou tamén que el garantira persoalmente o retorno seguro de Biniamin, e que o fracaso deste labor provocaría a súa perda deste mundo e o vindeiro. En consecuencia, imploró que se lle permitise permanecer en Exipto como escravo en lugar de Biniamin, e que este puidese regresar cos irmáns xunto ao seu pai.
Iosef non puido continuar contendo a súa forte emoción e ordenou que saísen todos os que estaban na habitación, con excepción dos seus irmáns. Unha vez que estiveron sos, comezou a chorar mentres exclamaba: "Son Iosef" e enseguida preguntou: "Está o meu pai realmente vivo, aínda?". Os seus irmáns non puideron responderlle, pois estaban avergoñados polo que lle fixeron. Iosef deuse conta disto e indicoulles que se achegasen a el, cousa que fixeron. Consolounos e pediulles que non estivesen tristes por habelo vendido, pois Hashem enviouno alí, efectivamente, para mantelos vivos durante os anos de fame. Indicoulles que regresasen enseguida a Canáan e dixésenlle ao seu pai que viñese a Exipto cos seus fillos e netos, e todos os seus bens. Eles vivirían na terra de Goshen (a terra de máis fina pastura de Exipto) e Iosef proveríalles de suficiente alimento para os anos de fame negra que aínda restaban.
A noticia do arribo dos irmáns de Iosef chegou ao Faraón, quen indicou a Iosef que lles dixese que trouxesen a Exipto a Iaacov e a toda a súa familia e pertenzas. Ademais ordenoulle que lles encargase levar carros para transportar ás súas esposas e fillos. Iosef regaloulle a cada un dos seus irmáns xogos de roupa e a Biniamin cinco de tales xogos e trescentos Selaím (moedas de prata daquel entón). Tamén lles deu provisións para o camiño.
Ao seu pai envioulle dez asnos cargados co mellor da terra de Exipto e outros dez con todo tipo de alimentos para a viaxe.
Os irmáns saíron de Exipto e chegaron a Canaán. Alí informáronlle ao seu pai que Iosef estaba vivo e que gobernaba sobre todo Exipto. O corazón de Iaacov deu un brinco, non lles cría. Entón os irmáns contaron o que Iosef díxolles. Iaacov oíu todo isto, viu os carros que Iosef enviara para el e comprendeu que se converteu realmente nun soberano de Exipto. Exclamou entón: "Hai aínda moita alegría na miña vida, pois Iosef está vivo. Irei velo antes de morrer". Iaacov iniciou a súa viaxe e chegou a Beer Sheva, onde ofrendó sacrificios a Dei-s.
Hashem aparecéuselle nunha visión e díxolle que non temese viaxar a Exipto, pois os seus descendentes constituirían alí unha gran nación. Tamén lle prometeu que o acompañaría a Exipto e logo levaríao de regreso a Eretz Israel (o cal significaba que á súa morte sería sepultado na súa terra).
Iaacov foi a Exipto con todos os seus fillos e netos. Eran setenta as persoas da casa de Iaacov que chegaron a aquel país.
Iosef preparou persoalmente a súa carroza e foi ao encontro do seu pai. Nunha escena plena de emoción tivo lugar, finalmente, a reunión. Iosef aferrouse ao pescozo do pai, chorando continuamente.
Iaacov exclamou: "Se eu morrese inmediatamente logo de haberche visto, sentiríame confortado, pois aínda estás vivo".
Iosef dixo aos seus irmáns e demais familiares que ía informarlle a Faraón da súa chegada. Aconselloulles que cando o rei chamáseos e preguntáselles cal era a súa ocupación, respondesen que eran pastores. Deste xeito aseguraríanse de vivir en Goshen, unha boa terra de pasturas, lonxe dos exipcios, porque para estes todo pastor era unha abominación, xa que adoraban á ovella como a un deus.
Iosef presentou a cinco dos seus irmáns a Faraón e eles seguiron o seu consello na súa conversación co soberano, quen finalmente dixo a Iosef que instalase ao pai e aos irmáns na terra de Goshen. Iosef levou ao seu pai ante Faraón e Iaacov conferiulle a este a súa bendición.
A fame negra alcanzara unha etapa crítica. Iosef recadou moito diñeiro nas terras de Exipto e Canaán grazas á venda de alimentos, e levouno ao tesouro real. En pago polos alimentos Iosef esixía aos exipcios, en primeiro lugar, o seu gando, e logo a súa terra. Os israelitas viviron en Goshen, onde adquiriron propiedades e creceron en número.


Lilmod ULelamed

martes, 11 de diciembre de 2012

Miketz (Génesis 41:1-44:17)






Dos años después de que el mayordomo principal fuera liberado de prisión, el faraón tuvo dos sueños extraños. En uno vio siete vacas flacas que devoraban siete vacas bien alimentadas y que, no obstante, permanecían débiles. En el otro vio siete espigas vacías tragándose otras siete llenas de granos, las que, sin embargo, permanecían delgadas. El faraón estaba perturbado por estos sueños y no se tranquilizó con ninguna de las interpretaciones ofrecidas por sus consejeros. Fue entonces que el copero recordó la capacidad de Iosef para interpretar sueños y le habló de ese talento al faraón.
Iosef fue llamado inmediatamente a presencia del monarca de Egipto, quien le informó que había tenido unos sueños que nadie había podido interpretar satisfactoriamente, y que había oído que él era capaz de explicarlos. Después de declarar que no era con su propia sabiduría que interpreta los sueños, sino que era D-s quien lo hacía a través de él, Iosef se dispuso a escuchar al faraón para satisfacer su pedido. Explicó que ambos sueños portaban el mismo mensaje de Hashem sobre lo que El estaba a punto de hacer. Las siete vacas bien alimentadas y las siete espigas rebosantes de granos representaban siete años de prosperidad económica para Egipto. Las siete vacas flacas y las siete espigas vacías de granos simbolizaban siete años de grave depresión económica, con una rigurosa hambruna, que seguirían a los años de prosperidad. Los siete años de hambre serían tan asoladores que los buenos anteriores serían olvidados. Más aún, la duplicación de este mensaje a través de dos sueños significaba que el comienzo de la materialización de ambos sueños era inminente.
Iosef aconsejó al faraón que nombrara a una persona sabia para administrar la tierra de Egipto. Los alimentos debían ser almacenados bajo el control del faraón durante los siete años de abundancia para servir de sustento durante los años de escasez. La interpretación y el consejo de Iosef fueron aceptados por el soberano y todos sus servidores. En consecuencia, el faraón eligió inmediatamente al propio Iosef para el cargo mencionado y a la edad de treinta años lo convirtió en virrey de Egipto.
El faraón instaló oficialmente a Iosef en su cargo. Colocó en su dedo el anillo con el sello real, lo vistió con finas ropas de lino, le puso un collar de oro en el cuello, y lo ubicó en la carroza del virrey. le dio como esposa a Osnat bat Potifera, que tuvo más tarde dos hijos: Menashé y Efraim. Iosef comenzó a almacenar alimentos en las ciudades durante los años de abundancia y reunió tal cantidad que los registros perdieron significación y ya no fueron mantenidos.
Los años de abundancia habían concluido; ahora vendrían los de hambre, tal como lo había vaticinado Iosef. Este ordenó abrir todos los depósitos y vendió a los egipcios las provisiones almacenadas. Los países vecinos también sufrían hambre y sus habitantes recurrieron a Iosef para comprar alimentos.
La terrible escasez de Canaán impulsó a Iaakov a enviar a sus hijos a Egipto para comprar provisiones, pero hizo que el menor, Biniamin, se quedara en su hogar,por temor a que sufriera algún daño durante el viaje. Cuando los hijos de Iaakov llegaron, Iosef los reconoció de inmediato. Actuó con ellos como un extraño y no les reveló su identidad. Les habló rudamente y los acusó de ser espías. Ellos negaron la acusación con vehemencia y le dijeron que eran todos hermanos y habían ido sólo a comprar alimentos. Le explicaron a Iosef que pertenecían a una familia de doce hermanos, que uno de ellos había desaparecido y que el más joven se había quedado con su padre. "No, yo tengo razón", dijo Iosef. "Vosotros sois espías. Esta será vuestra prueba: Enviad a uno de vosotros y que traiga, de regreso, a vuestro hermano menor. Solo entonces sabré que estáis diciendo la verdad".
Iosef puso en prisión a todos los hermanos durante tres días. Después los liberó. Les informó, empero, que Shimon permanecería como rehén hasta que ellos retornaran con su hermano menor. Los hermanos se lamentaban ahora del trato que le habían dado a Iosef y atribuían esta terrible angustia al castigo Divino por el pecado que habían cometido. Ellos no sabían que Iosef comprendía su idioma, el hebreo, pues cuando habían conversado con él sus palabras habían sido traducidas al egipcio para que Iosef las "comprendiera". Cuando éste observó las expresiones de lamentación de sus hermanos, se alejó de ellos y lloró.
Luego regresó e hizo encarcelar a Shimón en presencia de ellos. Más tarde ordenó secretamente a sus sirvientes que llenaran con alimentos las vasijas de sus hermanos y que les devolvieran su dinero, poniéndolo dentro de las bolsas de cereales.
Cuando regresaban a su hogar, uno de los hermanos abrió la bolsa y encontró el dinero que había pagado por el alimento. Al no saber que Iosef había ordenado secretamente que se les devolviera el dinero, los hermanos temieron ser acusados de robo. Cuando regresaron a su hogar le relataron a Iaacov todo lo que había ocurrido y a medida que iban vaciando sus bolsas, cada uno de ellos encontraba su dinero entre los granos. Sin embargo, Iaakov se rehusó a permitir que Biniamin los acompañara a Egipto por temor a que le ocurriera una desgracia durante el viaje.
El hambre en Canaán era terrible. El alimento que habían traído de Egipto fue consumido en poco tiempo. Iehudá procuró calmar los temores de su padre ofreciéndole asumir la responsabilidad por la seguridad de Biniamin. Aunque a regañadientes, Iaakov aceptó permitir que su hijo menor fuera con ellos a Egipto.
Cuando los hermanos llegaron a aquel país, fueron escoltados hasta la casa de Iosef. Allí encontraron a Shimón y luego cenaron con Iosef. Este ordenó a su mayordomo que abasteciera a los hermanos de provisiones y que les devolviera nuevamente su dinero. También ordenó que su copa de plata fuera colocada en la bolsa de Biniamin. Los hermanos partieron en viaje de regreso, pero pronto fueron detenidos por el mayordomo de Iosef (enviado por él) , quien los acusó de ingratitud por haber robado la copa de plata de su amo. Ellos protestaron su inocencia y aceptaron que se los revisara. Cuando se encontró la copa en la bolsa de Biniamin, rasgaron sus vestimentas en señal de pesar y regresaron a la ciudad. Iehuda ofreció que él y sus hermanos fueran rehenes, pero Iosef rehusó detener a ninguno, salvo al ladrón. Biniamin, dijo , sería encarcelado, y el resto de los hermanos quedaba en libertad de regresar junto a su padre.
Lilmod ULelamed

GALEGO

Dous anos despois de que o mordomo principal fose liberado de prisión, o faraón tivo dous soños estraños. Nun viu sete vacas fracas que devoraban sete vacas ben alimentadas e que, no entanto, permanecían débiles. No outro viu sete espigas baleiras tragándose outras sete cheas de grans, as que, con todo, permanecían delgadas. O faraón estaba perturbado por estes soños e non se tranquilizou con ningunha das interpretacións ofrecidas polos seus conselleiros. Foi entón que o copeiro recordou a capacidade de Iosef para interpretar soños e faloulle dese talento ao faraón.
Iosef foi chamado inmediatamente a presenza do monarca de Exipto, quen lle informou que tivera uns soños que ninguén puidera interpretar satisfactoriamente, e que oíra que el era capaz de explicalos. Logo de declarar que non era coa súa propia sabedoría que interpreta os soños, senón que era D-s quen o facía a través del, Iosef dispúxose a escoitar ao faraón para satisfacer o seu pedido. Explicou que ambos os soños portaban o mesmo mensaxe de Hashem sobre o que O estaba a piques de facer. As sete vacas ben alimentadas e as sete espigas rebosantes de grans representaban sete anos de prosperidade económica para Exipto. As sete vacas fracas e as sete espigas baleiras de grans simbolizaban sete anos de grave depresión económica, cunha rigorosa fame negra, que seguirían aos anos de prosperidade. Os sete anos de fame serían tan asoladores que os bos anteriores serían esquecidos. Máis aínda, a duplicación desta mensaxe a través de dous soños significaba que o comezo da materialización de ambos os soños era inminente.
Iosef aconsellou ao faraón que nomease a unha persoa sabia para administrar a terra de Exipto. Os alimentos debían ser almacenados baixo o control do faraón durante os sete anos de abundancia para servir de sustento durante os anos de escaseza. A interpretación e o consello de Iosef foron aceptados polo soberano e todos os seus servidores. En consecuencia, o faraón elixiu inmediatamente ao propio Iosef para o cargo mencionado e á idade de trinta anos converteuno en vicerrei de Exipto.
O faraón instalou oficialmente a Iosef no seu cargo. Colocou no seu dedo o anel co selo real, vestiuno con finas roupas de liño, púxolle un colar de ouro no pescozo, e situouno na carroza do vicerrei. deulle como esposa a Osnat bat Potifera, que tivo máis tarde dous fillos: Menashé e Efraim. Iosef comezou a almacenar alimentos nas cidades durante os anos de abundancia e reuniu tal cantidade que os rexistros perderon significación e xa non foron mantidos.
Os anos de abundancia concluíran; agora virían os de fame, tal como vaticinouno Iosef. Este ordenou abrir todos os depósitos e vendeu aos exipcios as provisións almacenadas. Os países veciños tamén sufrían fame e os seus habitantes recorreron a Iosef para comprar alimentos.
A terrible escaseza de Canaán impulsou a Iaakov a enviar aos seus fillos a Exipto para comprar provisións, pero fixo que o menor, Biniamin, quedase no seu fogar,por temor a que sufrise algún dano durante a viaxe. Cando os fillos de Iaakov chegaron, Iosef recoñeceunos de inmediato. Actuou con eles como un estraño e non lles revelou a súa identidade. Faloulles rudamente e acusounos de ser espías. Eles negaron a acusación con vehemencia e dixéronlle que eran todos irmáns e foran só a comprar alimentos. Explicáronlle a Iosef que pertencían a unha familia de doce irmáns, que un deles desaparecera e que o máis novo quedouse co seu pai. "Non, eu teño razón", dixo Iosef. "Vós sodes espías. Esta será a vosa proba: Enviade a un de vós e que traia, de regreso, ao voso irmán menor. Só entón saberei que estades dicindo a verdade".
Iosef puxo en prisión a todos os irmáns durante tres días. Despois liberounos. Informoulles, emporiso, que Shimon permanecería como refén ata que eles retornasen co seu irmán menor. Os irmáns lamentábanse agora do trato que lle deron a Iosef e atribuían esta terrible angustia ao castigo Divino polo pecado que habían labor. Eles non sabían que Iosef comprendía o seu idioma, o hebreo, pois cando conversaran con el as súas palabras foran traducidas ao exipcio para que Iosef comprendéseas". Cando este observou as expresións de lamentación dos seus irmáns, afastouse deles e chorou.
Logo regresou e fixo encarcerar a Shimón en presenza deles. Máis tarde ordenou secretamente aos seus serventes que enchesen con alimentos as vasijas dos seus irmáns e que lles devolvesen o seu diñeiro, póndoo dentro das bolsas de cereais.
Cando regresaban ao seu fogar, un dos irmáns abriu a bolsa e atopou o diñeiro que pagara polo alimento. Ao non saber que Iosef ordenara secretamente que se lles devolvese o diñeiro, os irmáns temeron ser acusados de roubo. Cando regresaron ao seu fogar relatáronlle a Iaacov todo o que ocorrera e a medida que ían baleirando as súas bolsas, cada un deles atopaba o seu diñeiro entre os grans. Con todo, Iaakov se rehusó a permitir que Biniamin acompañáseos a Exipto por temor a que lle ocorrese unha desgraza durante a viaxe.
O fame en Canaán era terrible. O alimento que trouxeran de Exipto foi consumido en pouco tempo. Iehudá procurou acougar os temores do seu pai ofrecéndolle asumir a responsabilidade pola seguridade de Biniamin. Aínda que de mala gana, Iaakov aceptou permitir que o seu fillo menor fóra con eles a Exipto.
Cando os irmáns chegaron a aquel país, foron escoltados ata a casa de Iosef. Alí atoparon a Shimón e logo cearon con Iosef. Este ordenou ao seu mordomo que abastecese aos irmáns de provisións e que lles devolvese novamente o seu diñeiro. Tamén ordenou que a súa copa de prata fose colocada na bolsa de Biniamin. Os irmáns partiron en viaxe de regreso, pero pronto foron detidos polo mordomo de Iosef (enviado por el) , quen os acusou de ingratitud por roubar a copa de prata do seu amo. Eles protestaron a súa inocencia e aceptaron que llos revisase. Cando se atopou a copa na bolsa de Biniamin, rasgaron as súas vestimentas en sinal de pesar e regresaron á cidade. Iehuda ofreceu que el e os seus irmáns fosen reféns, pero Iosef rehusó deter a ningún, salvo ao ladrón. Biniamin, dixo , sería encarcerado, e o resto dos irmáns quedaba en liberdade de regresar xunto ao seu pai.


Lilmod ULelamed

martes, 4 de diciembre de 2012

Vaieshev (Genesis 37:1 - 40:23)





El hijo favorito de Iaakov era Iosef, su ben z´kunim ("hijo de la vejez"). Le hizo confeccionar una túnica de seda de muchos colores como signo de distinción y señorío. Esto despertó los celos de los hermanos de Iosef, al punto que llegaron a odiarlo y a no poder siquiera hablarle en tono amable.
Iosef tuvo dos sueños con el mismo mensaje obvio. El odio de sus hermanos se intensificó cuando conocieron el contenido de esos sueños. En el primero, los manojos de espigas de sus hermanos se inclinaban ante el suyo propio, que estaba en medio de ellos. En el segundo, el sol, la luna y once estrellas (representando el resto de la familia de Iosef) se inclinaban ante él. La deducción era que todos los miembros de la familia de Iosef se subordinarían a él. Iaakov le reprochó haber despertado la enemistad de sus hermanos, aunque él personalmente confiaba en que los sueños se harían realidad.
Cuando los hermanos de Iosef estaban vigilando los rebaños de su padre en Shjem, Iaakov lo envió a observar cómo iban las cosas. Al verlo acercarse, los hermanos decidieron que ésa era su oportunidad de complotar para matarlo, arrojar su cuerpo a un pozo y luego encubrir su acto diciendo que había sido devorado por una bestia salvaje.
Reuven sabía que eso era un crimen. Quería salvar a Iosef pero comprendió que los demás hermanos no entenderían sus palabras. No obstante, logró convencerlos de que no mataran a Iosef sino que lo arrojaran vivo en un pozo cercano. "Que no sean vuestras manos las que lo hieran directamente", arguyó Reuven. El se proponía regresar secretamente, más tarde, después de que sus hermanos lo despojaron de su túnica de seda y lo arrojaron vivo al foso, como había sugerido Reuven.
En ese momento advirtieron que se acercaba una caravana de ismaelitas que transportaban especias a Egipto, y a Iehudá se le ocurrió la idea de vender a Iosef como esclavo en lugar de causar directamente su muerte. Los demás hermanos aceptaron este nuevo plan y vendieron al joven a los viajeros ismaelitas por veinte piezas de plata. Reuven, que estaba lejos cuando esto ocurría, regresó al lugar y para su gran pesar no hallo rastro alguno de Iosef. Los hermanos empaparon su prenda de seda en sangre de cabra (que es parecida a la del ser humano) y la llevaron a Iaakov, quien se convenció de que Iosef había sido devorado por una bestia salvaje y lloró su pérdida por mucho tiempo.
Entretanto, Iosef había sido vendido y vuelto a vender muchas veces. Los ismaelitas lo vendieron a comerciantes medianitas, y éstos a Potifar, un funcionario del faraón, en Egipto.
Iehuda, se había casado con la hija Shua, un comerciante, y tuvieron tres hijos. el primero se casó con una mujer llamada Tamar, pero murió poco después del casamiento. El segundo hijo se casó entonces con ella, pero este segundo esposo también murió poco después. Iehuda temía que su tercer hijo muriera también si desposaba a Tamar, de modo que le pidió a ésta que aguardara en la casa de su padre hasta que su hijo menor tuviera edad para casarse con ella. Iehuda estaba sólo postergando el asunto, pues no tenía intención de hacer que el matrimonio tuviera lugar alguna vez. Enterada a través de una profecía de que los reyes de Israel descenderían de Iehuda, Tamar se disfrazó y lo engaño para poder concebir un hijo suyo. Cuando su gravidez fue descubierta, Iehuda -sin saber que era su propio hijo el que Tamar llevaba en su vientre- la condenó a ser quemada. Pero su nuera pudo probar que el padre del niño que iba a nacer era el propio Iehudá. Cuando ella era llevada a la hoguera, le envió a Iehuda bienes personales, diciendo: "Estoy encinta por el poseedor de estos objetos. Iehuda comprendió enseguida y reconoció que era su hijo. Admitió que ella tenía razón, pues él no le había permitido que se casara con su hijo menor, y le perdonó la vida.
Hashem protegía a Iosef y éste tuvo éxito en todo lo que emprendió. Al darse cuenta de esto, Potifar lo designó intendente de su casa. La esposa de Potifar trató de seducir a Iosef, pero él rechazaba sus diarios asedios. Finalmente, ella se sintió ofendida y reaccionó maliciosamente, acusándolo de molestarla, y logró que Iosef fuera enviado a prisión.
Incluso en la cárcel el Señor estuvo con Iosef, y éste encontró gracia en los ojos del guardián, quien lo puso a cargo de todos los prisioneros. Todo lo que ocurría en la prisión era controlado por Iosef. Mientras permaneció allí se puso en contacto con dos funcionarios reales, el copero y el panadero. Ambos habían ofendido a Paró y estaban en prisión aguardando la sentencia. Una noche, cada uno de ellos tuvo un sueño, que reveló a Iosef, y la interpretación que hizo éste fue que el copero sería perdonado por el faraón, pero que el panadero sería ejecutado. Todo ocurrió tal como Iosef había predicho. Pidió, entonces, al copero que intercediera ante el faraón en su favor, pero el funcionario olvidó el pedido tan pronto como fue liberado de la prisión.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO


O fillo favorito de Iaakov era Iosef, o seu ben z´kunim ("fillo da vellez"). Fíxolle confeccionar unha túnica de seda de moitas cores como signo de distinción e señorío. Isto espertou os celos dos irmáns de Iosef, ao momento que chegaron a odialo e a non poder sequera falarlle en ton amable.
Iosef tivo dous soños co mesmo mensaxe obvia. O odio dos seus irmáns intensificouse cando coñeceron o contido deses soños. No primeiro, os feixes de espigas dos seus irmáns inclinábanse ante o seu propio, que estaba no medio deles. No segundo, o sol, a lúa e once estrelas (representando o resto da familia de Iosef) inclinábanse ante el. A dedución era que todos os membros da familia de Iosef subordinaríanse a el. Iaakov reprochoulle espertar a inimizade dos seus irmáns, aínda que el persoalmente confiaba en que os soños faríanse realidade.
Cando os irmáns de Iosef estaban vixiando os rabaños do seu pai en Shjem, Iaakov enviouno a observar como ían as cousas. Ao velo achegarse, os irmáns decidiron que esa era a súa oportunidade de complotar para matalo, arroxar o seu corpo a un pozo e logo encubrir o seu acto dicindo que fora devorado por unha besta salvaxe.
Reuven sabía que iso era un crime. Quería salvar a Iosef pero comprendeu que os demais irmáns non entenderían as súas palabras. No entanto, logrou convencelos de que non matasen a Iosef senón que o arroxasen vivo nun pozo próximo. "Que non sexan as vosas mans as que o firan directamente", argüiu Reuven. O propúñase regresar secretamente, máis tarde, despois de que os seus irmáns desposuírono da súa túnica de seda e arroxárono vivo ao foso, como suxerira Reuven.
Nese momento advertiron que se achegaba unha caravana de ismaelitas que transportaban especias a Exipto, e a Iehudá ocorréuselle a idea de vender a Iosef como escravo en lugar de causar directamente a súa morte. Os demais irmáns aceptaron este novo plan e venderon ao mozo aos viaxeiros ismaelitas por vinte pezas de prata. Reuven, que estaba lonxe cando isto ocorría, regresou ao lugar e para o seu gran pesar non acho rastro algún de Iosef. Os irmáns empaparon a súa peza de seda en sangue de cabra (que é parecida á do ser humano) e levárona a Iaakov, quen se convenceu de que Iosef fora devorado por unha besta salvaxe e chorou a súa perda por moito tempo.
Namentres, Iosef fora vendido e volto vender moitas veces. Os ismaelitas vendérono a comerciantes medianitas, e estes a Potifar, un funcionario do faraón, en Exipto.
Iehuda, casouse coa filla Shua, un comerciante, e tiveron tres fillos. o primeiro casou cunha muller chamada Tamar, pero morreu pouco despois do casamento. O segundo fillo casou entón con ela, pero este segundo esposo tamén morreu pouco despois. Iehuda temía que o seu terceiro fillo morrese tamén se desposaba a Tamar, de modo que lle pediu a esta que agardase na casa do seu pai ata que o seu fillo menor tivese idade para casar con ela. Iehuda estaba só postergando o asunto, pois non tiña intención de facer que o matrimonio tivese lugar algunha vez. Decatada a través dunha profecía de que os reis de Israel descenderían de Iehuda, Tamar disfrazouse e engánoo para poder concibir un fillo seu. Cando a súa gravidez foi descuberta, Iehuda -sen saber que era o seu propio fillo o que Tamar levaba no seu ventre- condenouna a ser queimada. Pero a súa nora puido probar que o pai do neno que ía nacer era o propio Iehudá. Cando ela era levada á fogueira, envioulle a Iehuda bens persoais, dicindo: "Estou encinta polo posuidor destes obxectos. Iehuda comprendeu enseguida e recoñeceu que era o seu fillo. Admitiu que ela tiña razón, pois el non lle permitiu que casase co seu fillo menor, e perdooulle a vida.
Hashem protexía a Iosef e este tivo éxito en todo o que emprendeu. Ao darse conta disto, Potifar designouno intendente da súa casa. A esposa de Potifar tratou de seducir a Iosef, pero el rexeitaba os seus diarios asedios. Finalmente, ela sentiuse ofendida e reaccionou maliciosamente, acusándoo de molestala, e logrou que Iosef fose enviado a prisión.
Ata no cárcere o Señor estivo con Iosef, e este atopou graza nos ollos do gardián, quen o puxo a cargo de todos os prisioneiros. Todo o que ocorría na prisión era controlado por Iosef. Mentres permaneceu alí púxose en contacto con dous funcionarios reais, o copeiro e o panadeiro. Ambos ofenderan a Parou e estaban en prisión agardando a sentenza. Unha noite, cada un deles tivo un soño, que revelou a Iosef, e a interpretación que fixo este foi que o copeiro sería perdoado polo faraón, pero que o panadeiro sería executado. Todo ocorreu tal como Iosef predixera. Pediu, entón, ao copeiro que intercediera ante o faraón no seu favor, pero o funcionario esqueceu o pedido axiña que como foi liberado da prisión.
Lilmod ULelamed