viernes, 28 de junio de 2013

Pinjas (Números 25:10 - 30:1)





Como recompensa por el celo puesto en la defensa del honor de Hashem, Pinjás, recibió la promesa de que la kehuná (sacerdocio) sería retenida por sus descendientes.
Los israelitas recibieron orden de prepararse para una guerra ofensiva contra los midianitas, quienes habían sido responsables de su degradación. Antes que esto ocurriera, Moshé y Elazar recibieron instrucciones de realizar un nuevo censo de la población (el anterior había sido hecho treinta y ocho años antes). Ahora que la conquista de Canaán estaba a la vista, era imprescindible que Moshe constatara no sólo el número de hombres capacitados y disponibles para la guerra, sino también de integrantes de cada tribu. Esto resultaba necesario como base para la justa división de la Tierra Prometida entre las tribus. La cantidad total de israelitas varones mayores de veinte años, es decir, sujetos a servicio militar, ascendió a seiscientos siete mil setecientos treinta. La extensión de la tierra a adjudicar a cada tribu debía ser proporcional a la cantidad de sus miembros y su ubicación geográfica sería resuelta por sorteo. Los leviím, que no participaban en la división de la tierra, fueron contados separadamente..
Tz"lofjad, miembro de la tribu de Menashé, había muerto en el desierto, dejando cinco hijas, pero ningún varón. Surgió entonces la cuestión de si las cinco hijas podían recibir la herencia del padre; de no ser así, la porción de tierra que hubiera recibido Tz"lofjad pasaría a otras manos. El caso fue llevado ante Moshé, quien lo sometió a la consideración de D´s. El dictamen final fue que si una persona no dejaba hijos, sus hijas tenían derecho a la herencia. Además, si alguien moría sin dejar descendencia, su propiedad pasaría a sus hermanos sobrevivientes o, si no lo había, a su pariente más cercano. De este modo se estableció el principio de que el título sobre la tierra debía permanecer dentro de la familia.
Hashem ordenó a Moshé que ascendiera a la montaña de Avarim, desde donde podía ver la Tierra Prometida. Sabiendo que estaba próximo el fin de sus días, Moshé manifestó preocupación por el bienestar del pueblo en el futuro y solicitó que fuera nombrado su sucesor. D´s respondió que Iehoshúa Ben Nun asumiría el liderazgo. Moshé debía colocar sus manos sobre él para simbolizar la transferencia de autoridad, pero a diferencia de Moshé, que había recibido instrucciones directamente del Todopoderoso, Iehoshúa sería guiado por Elazar, el Sumo Sacerdote, quien a su vez consultaría al Altísimo por medio de los Urim y Tumim.
Se recordó al pueblo que debería continuar ofrendando sus sacrificios cuando entrara en Canaán. En consecuencia, fue dada una descripción detallada de los sacrificios públicos matutinos y vespertinos, además de los correspondientes a las distintas festividades.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO



Como recompensa polo celo posto na defensa do honor de Hashem, Pinjás, recibiu a promesa de que a kehuná (sacerdocio) sería retida polas súas descendientes.
Os israelitas recibiron orde de prepararse para unha guerra ofensiva contra os midianitas, quen foran responsables do seu degradación. Antes que isto ocorrese, Moshé e Elazar recibiron instrucións de realizar un novo censo da poboación (o anterior fora feito trinta e oito anos antes). Agora que a conquista de Canaán estaba á vista, era imprescindible que Moshe constatase non só o número de homes capacitados e dispoñibles para a guerra, senón tamén de integrantes de cada tribo. Isto resultaba necesario como base para a xusta división da Terra Prometida entre as tribos. A cantidade total de israelitas varóns maiores de vinte anos, é dicir, suxeitos a servizo militar, ascendeu a seiscentos sete mil setecentos trinta. A extensión da terra a adxudicar a cada tribo debía ser proporcional á cantidade dos seus membros e o seu ubicación xeográfica sería resolta por sorteo. Os leviím, que non participaban na división da terra, foron contados separadamente..
Tz"lofjad, membro da tribo de Menashé, morrera no deserto, deixando cinco fillas, pero ningún varón. Xurdiu entón a cuestión de si as cinco fillas podían recibir a herdanza do pai; de non ser así, a porción de terra que recibise Tz"lofjad pasaría a outras mans. O caso foi levado ante Moshé, quen o someteu á consideración de D´s. O dictame final foi que si unha persoa non deixaba fillos, as súas fillas tiñan dereito á herdanza. Ademais, si alguén morría sen deixar descendencia, a súa propiedade pasaría aos seus irmáns sobrevivientes ou, si non o había, ao seu parente máis próximo. Deste xeito estableceuse o principio de que o título sobre a terra debía permanecer dentro da familia.
Hashem ordenou a Moshé que ascendese á montaña de Avarim, desde onde podía ver a Terra Prometida. Sabendo que estaba próximo o fin dos seus días, Moshé manifestou preocupación polo benestar do pobo no futuro e solicitou que fose nomeado o seu sucesor. D´s respondeu que Iehoshúa Ben Nun asumiría o liderado. Moshé debía colocar as súas mans sobre el para simbolizar a transferencia de autoridade, pero a diferenza de Moshé, que recibira instrucións directamente do Todopoderoso, Iehoshúa sería guiado por Elazar, o Sumo Sacerdote, quen á súa vez consultaría ao Altísimo por medio dos Urim e Tumim.
Recordouse ao pobo que debería continuar ofrendando os seus sacrificios cando entrase en Canaán. En consecuencia, foi dada unha descrición detallada dos sacrificios públicos matutinos e vespertinos, ademais dos correspondentes ás distintas festividades.
Lilmod ULelamed

miércoles, 19 de junio de 2013

Balak (Numeros 22:2 - 25:9)


Balak, rey de Moav, vio con angustia la victoria de los israelitas sobre los emoritas. Temiendo una invasión a su propio reino, concertó una alianza con sus antiguos enemigos, los midianitas. Luego envió mensajeros a Bilam, de Petor, un famoso hechicero, para solicitarle que maldijera a los israelitas. Bilam pidió a la delegación que se quedara con él toda la noche para darle tiempo de consultar a D´s si podía cumplir con el pedido. Durante la noche fue advertido por el Señor que no fuera con los enviados, de modo que los envió de regreso.
Pensando que una invitación más tentadora resultaría efectiva, Balak envió una segunda delegación, más numerosa y de mayor prestigio, que ofreció a Bilam grandes honores y recompensas si cooperaba. El hechicero, obviamente motivado por su codicia personal, le pidió que permanecieran con él hasta que pudiera recibir nuevamente las instrucciones de Hashem.
Esta vez recibió autorización para ir, pero a condición de que hablara solamente como el Señor le indicara. Balak encontró a Bilam en la orilla del Río Arnón y lo llevó a una ciudad cercana para asistir a una fiesta en su honor. Al Día siguiente llevó a Bilam a una colina sagrada para los adoradores del Baal, desde donde podía ver parte del campamento israelita. Después, Bilam y Balak sacrificaron un carnero y un buey en cada uno de los siete altares, y Bilam le dijo a Balak que permaneciera cerca de al ofrenda ardiente mientras él se retiraba para consultar a D´s. A su regreso pronunció su primer discurso: "¿Por qué he de maldecir yo al que D´s no maldijo?", preguntó. "...He aquí un pueblo que habitará solitario y no será considerado entre las naciones".
Disgustado por la inesperada alabanza que hizo Bilam de los israelitas, Balak lo llevó a la cima del monte Pisgá esperando resultados diferentes. Pero una vez más Bilam decepcionó a Balak al declarar que Hashem no quebraría Su promesa de bendecir a Israel y que ningún tipo de magia prevalecería sobre ese pueblo. Balak, desesperado, pidió a Bilam que desistiera de maldecir o bendecir a los israelitas. Antes de partir, sin embargo, Bilam predijo la soberanía de Israel y la condena de Moav, Edom, Amalek y demás enemigos del pueblo judío.
Luego, los israelitas acamparon en Shitim. Allí, las mujeres paganas de Moav, aconsejadas por Bilam, tentaron a los israelitas a unirse a ellas en al adoración de Baal pero y participar en una orgía idolátrica e inmoral. Moshe sentenció a muerte a los pecadores y una plaga se difundió entre la congregación. Pinjas, el hijo de Elazar, el Cohén Gadol, presenció un acto flagrante de inmoralidad entre un israelita y una mujer midianita. Defendiendo fanáticamente las leyes del Señor, ejecutó a ambos pecadores. La plaga cesó sólo después que hubieron perecido veinticuatro mil miembros de la congregación.
Lilmod uLelamed





En galego

Balak, rei de Moav, viu con angustia a vitoria dos israelitas sobre os emoritas. Temendo unha invasión ao seu propio reino, concertou unha alianza cos seus antigos inimigos, os midianitas. Logo enviou mensaxeros a Bilam, de Petor, un famoso feiticeiro, para solicitarlle que maldixese aos israelitas. Bilam pediu á delegación que se quedase con el toda a noite para darlle tempo de consultar a D´s si podía cumprir co pedido. Durante a noite foi advertido polo Señor que non fóra cos enviados, de modo que os enviou de regreso.
Pensando que unha invitación máis tentadora resultaría efectiva, Balak enviou unha segunda delegación, máis numerosa e de maior prestixio, que ofreceu a Bilam grandes honores e recompensas si cooperaba. O feiticeiro, obviamente motivado pola súa cobiza persoal, pediulle que permanecesen con el ata que puidese recibir novamente as instrucións de Hashem.
Esta vez recibiu autorización para ir, pero a condición de que falase soamente como o Señor indicáselle. Balak atopou a Bilam na beira do Río Arnón e levouno a unha cidade próxima para asistir a unha festa no seu honor. Ao día seguinte levou a Bilam a un outeiro sagrado para os adoradores do Baal, desde onde podía ver parte do campamento israelita. Despois, Bilam e Balak sacrificaron un carneiro e un boi en cada un dos sete altares, e Bilam díxolle a Balak que permanecese preto da o ofrenda ardente mentres el retirábase para consultar a D´s. Ao seu regreso pronunciou o seu primeiro discurso: "Por que hei de maldicir eu ao que D´s non maldixo?", preguntou. "...Velaquí un pobo que habitará solitario e non será considerado entre as nacións".
Disgustado pola inesperada alabanza que fixo Bilam dos israelitas, Balak levouno á cima do monte Pisgá esperando resultados diferentes. Pero unha vez máis Bilam decepcionó a Balak ao declarar que Hashem non crebaría A súa promesa de bendicir a Israel e que ningún tipo de maxia prevalecería sobre ese pobo. Balak, desesperado, pediu a Bilam que desistise de maldicir ou bendicir aos israelitas. Antes de partir, con todo, Bilam predijo a soberanía de Israel e a condena de Moav, Edom, Amalek e demais inimigos do pobo xudeu.
Logo, os israelitas acamparon en Shitim. Alí, as mulleres paganas de Moav, aconselladas por Bilam, tentaron aos israelitas a unirse a elas na o adoración de Baal pero e participar nunha orxía idolátrica e inmoral. Moshe sentenciou a matar aos pecadores e unha praga difundiuse entre a congregación. Pinjas, o fillo de Elazar, o Cohén Gadol, presenciou un acto flagrante de inmoralidad entre un israelita e unha muller midianita. Defendendo fanáticamente as leis do Señor, executou a ambos pecadores. A praga cesou só despois que houberon perecido vinte e catro mil membros da congregación.
Lilmod uLelamed

jueves, 13 de junio de 2013

Jukat (Numeros 19:1 - 22:1)





Una ceremonia especial de purificación fue establecida para aquellos que habían tocado un cadáver o habían estado bajo el mismo techo. Como parte de los ritos fue sacrificada una pará adumá (vaca roja) sin defectos fuera del campamento, y quemada junto con madera de cedro, hisopo y un hilo escarlata. Sus cenizas fueron mezcladas con agua de una corriente y salpicadas sobre la persona impura en el tercero y el séptimo día de su impureza. Al finalizar este último, después de haberse lavado las ropas y sumergido en un mikvé, la persona afectada podía participar nuevamente en el culto del Santuario.
Durante treinta y ocho años los israelitas erraron por el desierto y en ese tiempo murieron todos los miembros de la generación mayor de entre veinte y sesenta años, con excepción de Iehoshua y Calev. A comienzos del cuadragésimo año del éxodo, el resto de la población regresó a Kadesh. Fue allí donde murió Miriam, la hermana de Moshé y Aharón.
A su muerte dejó de fluir el agua del pozo que había acompañado milagrosamente a los israelitas. El pueblo comenzó a murmurar nuevamente contra Moshé por la falta de agua. Hashem dijo a Moshé y Aharón que le hablaran a cierta roca, de la cual fluiría agua suficiente para satisfacer a todos. Pero Moshé estaba tan disgustado por la constante falta de respeto del pueblo que golpeó impacientemente la roca en lugar de hablarle. Por no haber cumplido las instrucciones de D´s y haberlo deshonrado delante del pueblo, no se permitió a ninguno de los dos hermanos entrar en Tierra Santa.
Se instruyó entonces a la gente a fin de que se preparara para las etapas finales de su largo viaje. La única ruta disponible para ellos se extendía a través de la tierra de Edom, al sur del Mar muerto. Moshé envió mensajeros al rey de Edom solicitando permiso para atravesar su territorio y ofreciendo pagar por el agua que el pueblo y el ganado pudieran beber. El rey no sólo se rehusó, sino que además les obstruyó el paso ubicando una fuerza armada. En consecuencia, los israelitas se vieron obligados a hacer un rodeo por el camino de las fronteras sureñas de Edom. Cuando la congregación llegó al monte Hor, Aharón murió y fue sepultado allí. Moshé designó a su hijo Elazar como Cohén Gadol (sumo sacerdote)

Después de rechazar exitosamente un ataque del rey canaanita de Arad, los fatigados israelitas se quejaron amargamente de la falta de agua y alimento. Consiguientemente, fueron castigados con una plaga causada por las mordeduras fatales de feroces serpientes. Cuando el pueblo admitió su error, Moshé ubicó una serpiente de bronce sobre una vara. Quienquiera que la mirara se curaría.
La congregación que había deambulado por el sur, el este y luego el norte, pasando por las tierras de Edom y Moav, se detuvo cuando llegó al río Arnón, la frontera entre Moav al sur y Emor al norte.
Sijón, rey de Emor, no quiso permitir que los israelitas pasaran por su tierra y lanzó su ejército contra ellos. Empero, con la ayuda de Hashem, la batalla terminó con la derrota total de los emoritas. Volviendo hacia el norte, a las fértiles tierras de Guilad y Bashán, los israelitas derrotaron la resistencia de Og, rey de Bashán, y tomaron posesión de su territorio. La tierra al este del Jordán había sido conquistada y los israelitas acamparon finalmente en la frontera de Moav, frente a Jericó.



Lilmod ULelamed

miércoles, 5 de junio de 2013

Koraj (Numeros 16:1 - 18:32)





Un grupo de leviim bajo la dirección de Koraj, y otro de reuvenitas bajo el mando de Datán, Aviram y On encabezaron una revuelta contra Moshé y Aharón. En esta rebelión participaron doscientos cincuenta miembros prominentes de la congregación. La rebelión de Koráj estaba basada en el reclamo de que él debía haber sido designado nasí (dirigente) de la tribu de Leví. Datán y sus asociados reclamaban el derecho de liderazgo basado en su descendencia de Reuvén, el hijo mayor de Iaakov.
Moshé desafió a Kóraj y sus seguidores a aparecer al día siguiente para enfrentárselo. Después de advertir al pueblo que se mantuviera lejos de Kóraj y su grupo, Moshé anunció el método por medio del cual Hashem indicaría Su elección de los líderes. Si los rebeldes morían muerte natural, ello sería evidencia de que Moshé estaba equivocado, pero si eran tragados vivos por la tierra, el liderazgo de Moshé quedaría confirmado.
Tan pronto como Moshé terminó de hablar, Koráj y sus compañeros, como así también sus bienes, fueron tragados vivos por la tierra. El resto del pueblo huyó aterrorizado.

Los sobrevivientes comenzaron a murmurar contra Moshé, responsabilizándolo de la muerte de Kóraj y sus partidarios. A su turno, ellos fueron castigados por medio de una plaga que mató a otras catorce mil setecientas personas. Fue sólo cuando Aharon caminó entre la gente con un recipiente de incienso (siguiendo instrucciones de Moshé) que la plaga cesó.
Moshé ordenó luego al príncipe de cada tribu que llevara un bastón con su nombre al Ohel Moed. Estos bastones, junto con el de la tribu de Leví que tenía el nombre de Aharón, fueron colocados delante del Arca.

A la mañana siguiente, sólo el bastón de Aharón había producido brotes, flores y almendras. Esta fue la prueba indiscutible de que D´s había elegido a Aharón para el ser Cohén Gadol (sumo sacerdote). El bastón de Aharón fue conservado en el frente del Arca como una advertencia a las futuras generaciones para que nunca cuestionaran el derecho del linaje de Aharón a la kehuná (sacerdocio).
Puesto que los cohanim y levvím no tenían un territorio específico de la Tierra Prometida, serían mantenidos por contribuciones del pueblo. El cohén recibiría provisiones como los bicurim (primeros frutos), el pidion B´jorim (rescate de los primogénitos), la t´rumá (parte de la producción de cada persona) y varias ofrendas. El leví recibiría maaser rishón (un décimo de la producción de cada persona), del cual tendría que apartar una porción para el cohén.
Lilmod ULelamed