Fueron indicadas
las tareas exactas que debían cumplir los hijos de Guershón, Kehat y Merari, y
un censo reveló que ocho mil quinientos ochenta hombres entre los 30 y 50 años
eran aptos para el servicio.
Todos los israelitas impuros debían ser enviados fuera de los distintos
campamentos (majanot). Algunos sólo fueron trasladados de majané Sh´jiná
(campamento de la
Presencia Divina), y otros, de majané Leviá
(Campamento de los Leviim). Los leprosos eran desplazados de los tres
campamentos.
Fueron promuladas cuatro leyes relativas a los cohanim:
Si una persona confesaba tener en su poder incorrectamente una propiedad del
vecino, tenía que agregar un quinto al monto original y llevar también una
ofrena de culpa a D´s como expiación por su pecado. Si el dueño verdadero había
muerto sin dejar herederos (esto es sólo aplicable a un converso), la restitución
le era efectuada al cohén.
El nazir era alguien que
voluntariamente hacía la promesa de consagrarse completamente al servicio de
Hashem por un período de tiempo determinado. Estaba obligado a abstenerse del
vino y las bebidas fuertes que se obtienen de la uva; debía dejarse crecer el
cabello y evitar el contacto con cualquier cadáver. Si se contaminaba accidentalmente,
tenía que raparse la cabeza, ofrendar un sacrificio de expiación y comenzar a
contar de nuevo el período de consagración a D´s. Cuando los días de su nezirut
habían expirado, se le pedía que llevara un sacrificio, se afeitara la cabeza y
quemara el cabello debajo del sacrificio. Después de realizar el cohén
ceremonias adicionales, el nazir era liberado de nuevas restricciones y
volvía a su forma de habitual.
Se indicaba a los cohanim que usaran una serie específica de bendiciones para
el pueblo, como sigue a continuación: "¡El Señor te bendiga y te guarde!
¡Haga el Señor resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti compasión! ¡Alce
el Señor Su rostro sobre ti y te conceda la paz!.
El Mishcán había
sido erigido e inaugurado el primero de Nisán, en el segundo año posterior al
Exodo. Los doce dirigentes, cada uno en representación de su tribu, hicieron
conjuntamente una donación de seis carros y doce bueyes para el transporte del Mishcán
y su contenido. A los miembros de Guershon, que transportaban la tapicería, les
fueron asignados dos carros y cuatro bueyes. Los miembros de Merari, a quienes
se había confiado la carga más pesada, recibieron cuatro carros y ocho bueyes.
Por otra parte, los miembros de Kehat no recibieron carros pues su misión era
transportar las vasijas más sagradas sobre los hombros. Cada dirigente llevó
idénticos presentes de vasos de oro y plata, animales para el sacrificio y
ofrendas de comida en doce días sucesivos.
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Durante el
segundo año del éxodo de Egipto, Moshé y Aharón recibieron orden de Hashem de
contar a todos los israelitas varones cuyas edades oscilaban entre los veinte y
los sesenta años. Estos varones quedaron sujetos a cumplir el servicio militar.
El censo reveló que seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres estaban
disponibles para cumplir sus deberes en el ejército. La tribu de Leví fue
excluída del censo general a causa de su misión especial en el Mishcán (Santuario).
Debía
mantenerse el orden y la disciplina en todo momento, ya fuera que los
israelitas estuvieran acampados o en marcha. El campamento fue dispuesto en
forma de cuadrilátero, con el Mishcán en el centro, protegido en sus
cuatro lados por las tiendas de los leviím. Las doce tribus fueron divididas en
cuatro grupos, cada uno de los cuales tenía el nombre de su tribu principal, y
todas éstas formaban el cordón exterior. Iehudá, junto con Isajar y
Zevulún, estaban ubicados en el lado oriental del campamento; Reuven,
Shimón y Gad acamparon en el lado sur, Efraím, Menashé y
Biniamín se ubicaron en el extremo occidental, y Dan, Asher y
Naftalí en el área norte. Durante los viajes de la nación, el grupo
liderado por Iehudá marchaba al frente, seguido por Reuvén, Efraim
y, en la retaguardia, Dan. Algunos comentaristas sostienen que todo el
conjunto se movilizaba como un cuadrilátero, conservando la misma forma que
tenía cuando estaba acampado.
Originalmente,
los primogénitos habían sido elegidos por D-s para cumplir los servicios
sagrados. Después de cometido el pecado de éiguel hazahav (becerro de
oro), esta codiciada tarea fue asignada a los leviím, quienes se habían
mantenido fieles al Señor en todo momento. En consecuencia, Moshé recibió orden
de encomendar a los levitas el servicio del Mishcán bajo la supervisión
de Aharón y sus hijos. El censo efectuado reveló que había un total de
veintidos mil trescientes leviím.
A cada una de
las familias levíticas - Guershón, Kehat y Merari - le fue asignada una
tarea aparte en el servicio del Mishcán. Los guershonim, en el
aldo occidental, eran responsables del transporte de las cubiertas del Mishcán.
Los kehatim, acampados en el lado sur, trnasportaban el Arca, el Shulján,
la Menorá
y los mizbeijot (altares). Los miembros de Merari, situados en el
lado norte, tenían la responsabilidad de transportar las tablas, los pilares,
las clavijas y los cubos del Mishcán. Los miembros de Kehat fueron
advertidos de que no debían tocar y ni siquiera mirar los objetos sagrados, que
eran cubiertos por Aharón y sus hijos antes de ser trasladados. Elazar, hijo de
Aharón, era el supervisor general del Mishcán, cuidando en particular la
provisión de aceite para las lámparas, el incienso, la minjá continua y el
aceite de unción.
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El séfer Vaikrá concluye con el fragmento en que Moshé
contrapone las diferentes actitudes que seguirán a la obediencia o la
contravención de los judíos a los mandamientos de Hashem. la adhesión a las
leyes se traducía en prosperidad y paz para el pueblo. La tierra producirá en
abundancia y los granjeros estarán ocupados todo el año en la siembra de
semillas y el levantamiento de las cosechas. Con la protección del Señor,
ningún enemigo atacará a los judíos y éstos disfrutarán la paz y felicidad.
Por otro lado, la contravención a las leyes de Hashem conducirá a
la catástrofe. Si los judíos se rebelan contra D-s, serán castigados con
enfermedades, hambre y los horrores del asedio de los enemigos, a los cuales
seguirá el exilio nacional. Pero si los judíos se arrepienten de sus malas
acciones, el Señor recordará de nuevo Su pacto con los patriarcas y los
aceptará una vez más como Su pueblo.
Se analizan previsiones para aquellos que han hecho la promesa de
contribuir al mantenimiento del Santuario. Si alguien consagra su propio
capital o el de un miembro de us familia al Santuario, el monto que debe pagar
varía según la edad y el sexo. Quien ofrece un animal casher que podría ser
usado para un sacrificio en el Santuario, no puede sustituirlo por otro. Sin
embargo, puede redimir un animal defectuoso pagando al cohén su valor
monetario más un quinto.
La redención de una fracción de tierra entregada debía estar
basada en la cantidad de años que restaban hasta el próximo iovel. Un
primogénito (bejor) no puede ser destinado como ofrenda voluntaria
porque ya es propiedad de Hashem. El maaser (diezmo) de producción
agrícola podía ser redimido pagando su valor más un quinto, en tanto que el
diezmo de animales recién nacidos (que fueron apartados para el sacrificio) no
podía ser redimido.
La Torá concluye enfatizando que "éstos fueron los mandamientos
dados por Hashem a Moshé en el monte Sinaí".
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