Después que
hubieron tomado posesión de Canaán, los judíos debieron observar cada séptimo
día como uno de shemitá (sabático) para la tierra. Durante su
transcurso no debían sembrar los campos ni podar los viñedos, como así tampoco
levantar la cosecha que hubiere crecido espontáneamente.
Cada cincuenta años debían observar el iovel (jubileo), que sería proclamado en Iom Kipur. Durante ese año los campos no podían ser sembrados. Además, los esclavos hebreos debían ser liberados y todas las tierras devueltas a los dueños originales. Por consiguiente, el precio de la tierra que se vendía debía estar basado en la cantidad de años que restaban hasta el iovel. La tierra vendida a causa de la pobreza del propietario podía ser redimida por un pariente del dueño original o por éste mismo. Si alguien debía vender una casa en una ciudad amurallada, tenía un año de tiempo para redimirla. Debía hacerlo durante ese lapso después del cual ya era demasiado tarde.Las casas en aldeas y ciudades apartadas para los leviím volverían a sus dueños originales durante el iovel.
Se debía prestar dinero a un judío pobre sin cobrarle intereses. Si el indigente se veía obligado a venderse como siervo, el amo judío debía tratarlo como un sirviente contratado y con respecto; el sirviente sería puesto en libertad durante el iovel. Un pariente rico podía redimir a un sirviente judío pagando a su amo una suma basada en la cantidad de años que restaban hasta el iovel.
Parashá Bejukotai
El séfer Vaikrá concluye con el fragmento en que Moshé contrapone las diferentes actitudes que seguirán a la obediencia o la contravención de los judíos a los mandamientos de Hashem. la adhesión a las leyes se traducía en prosperidad y paz para el pueblo. La tierra producirá en abundancia y los granjeros estarán ocupados todo el año en la siembra de semillas y el levantamiento de las cosechas. Con la protección del Señor, ningún enemigo atacará a los judíos y éstos disfrutarán la paz y felicidad.
Por otro lado, la contravención a las leyes de Hashem conducirá a la catástrofe. Si los judíos se rebelan contra D-s, serán castigados con enfermedades, hambre y los horrores del asedio de los enemigos, a los cuales seguirá el exilio nacional. Pero si los judíos se arrepienten de sus malas acciones, el Señor recordará de nuevo Su pacto con los patriarcas y los aceptará una vez más como Su pueblo.
Se analizan previsiones para aquellos que han hecho la promesa de contribuir al mantenimiento del Santuario. Si alguien consagra su propio capital o el de un miembro de su familia al Santuario, el monto que debe pagar varía según la edad y el sexo. Quien ofrece un animal casher que podría ser usado para un sacrificio en el Santuario, no puede sustituirlo por otro. Sin embargo, puede redimir un animal defectuoso pagando al cohén su valor monetario más un quinto.
La redención de una fracción de tierra entregada debía estar basada en la cantidad de años que restaban hasta el próximo iovel. Un primogénito (bejor) no puede ser destinado como ofrenda voluntaria porque ya es propiedad de Hashem. El maaser (diezmo) de producción agrícola podía ser redimido pagando su valor más un quinto, en tanto que el diezmo de animales recién nacidos (que fueron apartados para el sacrificio) no podía ser redimido.
La Torá concluye enfatizando que "éstos fueron los mandamientos dados por Hashem a Moshé en el monte Sinaí".
Lilmod ULelamed
Cada cincuenta años debían observar el iovel (jubileo), que sería proclamado en Iom Kipur. Durante ese año los campos no podían ser sembrados. Además, los esclavos hebreos debían ser liberados y todas las tierras devueltas a los dueños originales. Por consiguiente, el precio de la tierra que se vendía debía estar basado en la cantidad de años que restaban hasta el iovel. La tierra vendida a causa de la pobreza del propietario podía ser redimida por un pariente del dueño original o por éste mismo. Si alguien debía vender una casa en una ciudad amurallada, tenía un año de tiempo para redimirla. Debía hacerlo durante ese lapso después del cual ya era demasiado tarde.Las casas en aldeas y ciudades apartadas para los leviím volverían a sus dueños originales durante el iovel.
Se debía prestar dinero a un judío pobre sin cobrarle intereses. Si el indigente se veía obligado a venderse como siervo, el amo judío debía tratarlo como un sirviente contratado y con respecto; el sirviente sería puesto en libertad durante el iovel. Un pariente rico podía redimir a un sirviente judío pagando a su amo una suma basada en la cantidad de años que restaban hasta el iovel.
Parashá Bejukotai
El séfer Vaikrá concluye con el fragmento en que Moshé contrapone las diferentes actitudes que seguirán a la obediencia o la contravención de los judíos a los mandamientos de Hashem. la adhesión a las leyes se traducía en prosperidad y paz para el pueblo. La tierra producirá en abundancia y los granjeros estarán ocupados todo el año en la siembra de semillas y el levantamiento de las cosechas. Con la protección del Señor, ningún enemigo atacará a los judíos y éstos disfrutarán la paz y felicidad.
Por otro lado, la contravención a las leyes de Hashem conducirá a la catástrofe. Si los judíos se rebelan contra D-s, serán castigados con enfermedades, hambre y los horrores del asedio de los enemigos, a los cuales seguirá el exilio nacional. Pero si los judíos se arrepienten de sus malas acciones, el Señor recordará de nuevo Su pacto con los patriarcas y los aceptará una vez más como Su pueblo.
Se analizan previsiones para aquellos que han hecho la promesa de contribuir al mantenimiento del Santuario. Si alguien consagra su propio capital o el de un miembro de su familia al Santuario, el monto que debe pagar varía según la edad y el sexo. Quien ofrece un animal casher que podría ser usado para un sacrificio en el Santuario, no puede sustituirlo por otro. Sin embargo, puede redimir un animal defectuoso pagando al cohén su valor monetario más un quinto.
La redención de una fracción de tierra entregada debía estar basada en la cantidad de años que restaban hasta el próximo iovel. Un primogénito (bejor) no puede ser destinado como ofrenda voluntaria porque ya es propiedad de Hashem. El maaser (diezmo) de producción agrícola podía ser redimido pagando su valor más un quinto, en tanto que el diezmo de animales recién nacidos (que fueron apartados para el sacrificio) no podía ser redimido.
La Torá concluye enfatizando que "éstos fueron los mandamientos dados por Hashem a Moshé en el monte Sinaí".
Lilmod ULelamed
EN GALEGO
Despois que houberon tomado posesión de Canaán, os
xudeus deberon observar cada sétimo día como un de shemitá (sabático) para a
terra. Durante o seu transcurso non debían sementar os campos nin podar os
viñedos, como así tampouco levantar a colleita que houber crecido
espontáneamente.
Cada cincuenta anos debían observar o iovel (jubileo), que sería proclamado en Iom Kipur. Durante ese ano os campos non podían ser sementados. Ademais, os escravos hebreos debían ser liberados e todas as terras devoltas aos donos orixinais. Por conseguinte, o prezo da terra que se vendía debía estar baseado na cantidade de anos que restaban ata o iovel. A terra vendida por mor da pobreza do propietario podía ser redimida por un parente do dono orixinal ou por este mesmo. Si alguén debía vender unha casa nunha cidade amurallada, tiña un ano de tempo para redimirla. Debía facelo durante ese lapso despois do cal xa era demasiado tarde.Llas casas en aldeas e cidades apartadas para os leviím volverían aos seus donos orixinais durante o iovel.
Debíase prestar diñeiro a un xudeu pobre sen cobrarlle intereses. Si o indigente víase obrigado a venderse como servo, o amo xudeu debía tratalo como un sirviente contratado e con respecto; o sirviente sería posto en liberdade durante o iovel. Un parente rico podía redimir a un sirviente xudeu pagando ao seu amo unha suma baseada na cantidade de anos que restaban ata o iovel.
Parashá Bejukotai
O séfer Vaikrá conclúe co fragmento en que Moshé contrapone as diferentes actitudes que seguirán á obediencia ou a contravención dos xudeus aos mandamientos de Hashem. a adhesión ás leis traducíase en prosperidad e paz para o pobo. A terra producirá en abundancia e os granjeros estarán ocupados todo o ano en seméntaa de sementes e o levantamiento das colleitas. Coa protección do Señor, ningún inimigo atacará aos xudeus e estes gozarán a paz e felicidade.
Doutra banda, a contravención ás leis de Hashem conducirá á catástrofe. Si os xudeus se rebelan contra D-s, serán castigados con enfermidades, fame e os horrores do asedio dos inimigos, aos cales seguirá o exilio nacional. Pero si os xudeus arrepíntense das súas malas accións, o Señor recordará de novo O seu pacto cos patriarcas e aceptaraos unha vez máis como O seu pobo.
Analízanse previsións para aqueles que fixeron a promesa de contribuír ao mantemento do Santuario. Si alguén consagra o seu propio capital ou o dun membro da súa familia ao Santuario, o monto que debe pagar varía segundo a idade e o sexo. Quen ofrece un animal casher que podería ser usado para un sacrificio no Santuario, non pode substituílo por outro. Con todo, pode redimir un animal defectuoso pagando ao cohén o seu valor monetario máis un quinto.
A redención dunha fracción de terra entregada debía estar baseada na cantidade de anos que restaban ata o próximo iovel. Un primogénito (bejor) non pode ser destinado como ofrenda voluntaria porque xa é propiedade de Hashem. O maaser (diezmo) de produción agrícola podía ser redimido pagando o seu valor máis un quinto, en tanto que o diezmo de animais recentemente nados (que foron apartados para o sacrificio) non podía ser redimido.
A Torá conclúe enfatizando que "estes foron os mandamientos dados por Hashem a Moshé no monte Sinaí".
Lilmod ULelamed
Cada cincuenta anos debían observar o iovel (jubileo), que sería proclamado en Iom Kipur. Durante ese ano os campos non podían ser sementados. Ademais, os escravos hebreos debían ser liberados e todas as terras devoltas aos donos orixinais. Por conseguinte, o prezo da terra que se vendía debía estar baseado na cantidade de anos que restaban ata o iovel. A terra vendida por mor da pobreza do propietario podía ser redimida por un parente do dono orixinal ou por este mesmo. Si alguén debía vender unha casa nunha cidade amurallada, tiña un ano de tempo para redimirla. Debía facelo durante ese lapso despois do cal xa era demasiado tarde.Llas casas en aldeas e cidades apartadas para os leviím volverían aos seus donos orixinais durante o iovel.
Debíase prestar diñeiro a un xudeu pobre sen cobrarlle intereses. Si o indigente víase obrigado a venderse como servo, o amo xudeu debía tratalo como un sirviente contratado e con respecto; o sirviente sería posto en liberdade durante o iovel. Un parente rico podía redimir a un sirviente xudeu pagando ao seu amo unha suma baseada na cantidade de anos que restaban ata o iovel.
Parashá Bejukotai
O séfer Vaikrá conclúe co fragmento en que Moshé contrapone as diferentes actitudes que seguirán á obediencia ou a contravención dos xudeus aos mandamientos de Hashem. a adhesión ás leis traducíase en prosperidad e paz para o pobo. A terra producirá en abundancia e os granjeros estarán ocupados todo o ano en seméntaa de sementes e o levantamiento das colleitas. Coa protección do Señor, ningún inimigo atacará aos xudeus e estes gozarán a paz e felicidade.
Doutra banda, a contravención ás leis de Hashem conducirá á catástrofe. Si os xudeus se rebelan contra D-s, serán castigados con enfermidades, fame e os horrores do asedio dos inimigos, aos cales seguirá o exilio nacional. Pero si os xudeus arrepíntense das súas malas accións, o Señor recordará de novo O seu pacto cos patriarcas e aceptaraos unha vez máis como O seu pobo.
Analízanse previsións para aqueles que fixeron a promesa de contribuír ao mantemento do Santuario. Si alguén consagra o seu propio capital ou o dun membro da súa familia ao Santuario, o monto que debe pagar varía segundo a idade e o sexo. Quen ofrece un animal casher que podería ser usado para un sacrificio no Santuario, non pode substituílo por outro. Con todo, pode redimir un animal defectuoso pagando ao cohén o seu valor monetario máis un quinto.
A redención dunha fracción de terra entregada debía estar baseada na cantidade de anos que restaban ata o próximo iovel. Un primogénito (bejor) non pode ser destinado como ofrenda voluntaria porque xa é propiedade de Hashem. O maaser (diezmo) de produción agrícola podía ser redimido pagando o seu valor máis un quinto, en tanto que o diezmo de animais recentemente nados (que foron apartados para o sacrificio) non podía ser redimido.
A Torá conclúe enfatizando que "estes foron os mandamientos dados por Hashem a Moshé no monte Sinaí".
Lilmod ULelamed