miércoles, 22 de febrero de 2017

PARASHÁ MISHPATIM




La parashá Mishpatim enumera muchas leyes básicas para la preservación de una existencia civilizada entre los b´nei Israel. El primer grupo de leyes promueve el trato humanitario de los esclavos. Un judío que ha sido vendido como sirviente para restituir el valor de un robo, debe ser puesto en libertad luego de un máximo de seis años de servicio. Si estaba casado cuando se convirtió en enclavo, el amo debe mantener a su esposa judía y a los hijos durante el período de servidumbre, y luego liberarlos al completarse ese período. Sin embargo, si su amo le provee de una esclava (shifjá c´naanit), ella y los niños que tenga de él permanecerán con el amo después de que el esclavo judío es liberado. Si el esclavo se apega tanto a su amo y la familia que insiste en permanecer con ellos luego de que los años de servidumbre hubiesen expirado, hace una declaración a este efecto ante los jueces, y el amo perfora su oreja contra la puerta de la casa con un punzón. Entonces el esclavo permanece como tal hasta el año del iovel (jubileo - al año quincuagésimo).
Un hombre puede vender a su hija como sirvienta hasta que ella tenga doce años de edad. Si no complace al amo, no puede ser vendida como esclava en un país extranjero. En lugar de ello, sus padres pueden redimirla del amo. Si el hijo del amo se casa con ella, debe ser tratada como una judía nacida libre. No se le pueden negar sus derechos maritales si el hombre o su hijo se casan con otra mujer, en cuyo caso ella queda en libertad.
Si un hombre golpea a su esclavo no judío y éste muere,el amo es castigado según lo determinen los jueces. Sin embargo, si el esclavo muere después de uno o dos días, el amo no es castigado pues se supone que no intentaba matarlo. Pero si el amo mutila al esclavo, éste es liberado inmediatamente.
La pena de muerte se impone por los siguientes crímenes: asesinato intencional (cuando uno causa una muerte accidentalmente, puede escapar de los vengativos sobrevivientes de la víctima huyendo a una ciudad de refugio); maldecir al padre o a la madre utilizando el nombre de Hashem; secuestro; prácticas de brujería; práctica de bestialidad, y sacrificios de ídolos.
He aquí las leyes referentes a agravios: si alguien hiere a otro durante una pelea, es considerado responsable por las pérdidas de beneficios de la víctima y por los honorarios médicos. Asimismo debe compensarla por dolor, turbación y herida física. Si mientras está luchando con otro hombre golpea accidentalmente a una mujer y causa su aborto, es responsable y debe pagar por los daños causados. Si el dueño de un animal peligroso no toma las precauciones adecuadas y la bestia mata a un ser humano, debe ser sacrificada y el dueño, castigado. Si un animal mata a un esclavo no judío, el dueño de éste recibe treinta shekalim de plata como compensación.
También debe pagarse compensación por daño a la propiedad. Si un animal muere después de haber caído en un pozo descubierto, el responsable de la negligencia debe pagar a su propietario el valor del animal y deducir el precio de la res muerta. Si el buey de un hombre mata al de otro, el primero es vendido y los propietarios se dividen el producto de ambos bueyes.
Si alguien roba y luego sacrifica o vende un buey, debe pagar el quíntuple de su valor al propietario, en tanto que si roba una oveja sólo debe pagar el cuádruple. Si el ladrón es capturado con el animal en su poder, paga el doble. Un dueño de casa puede alegar homicidio justificado si mata a un ladrón que penetra en su casa durante la noche; sin embargo, es acusado de asesinato si mata a un ladrón durante el día. Si el ladrón es muy pobre y no puede devolver lo robado, es vendido como esclavo.
Cuando un hombre permite a sabiendas que un animal suyo deambule por el campo o el viñedo de otro hombre, y causa algún daño, debe evaluarse las mejores partes de sus campos como base para estimar la compensación. Una pena similar es aplicada al hombre que enciende un fuego y ocasiona, por descuido, el incendio de la propiedad de su vecino.
Si se confía dinero o propiedades al cuidado de un individuo al que no se le paga por ello, y son robados, el propietario debe recibir el doble del valor del objeto faltante. Esta multa es pagada por el ladrón si es capturado, o por el depositario si es capturado, o por el depositario si es hallado culpable de desfalco, o por los testigos que acusen falsamente al depositario de tener el objeto en su poder. El depositario puede absolverse a sí mismo de obligación si hace un juramente de que no es responsable por la pérdida del objeto.
Cuando un animal confiado a un guardián pago muere y es lastimado o robado, el depositario puede también prestar juramento de que no es responsable. Sin embargo, si el animal es robado, el guardián será responsable. Si el animal es maltratado por bestias salvajes, el depositario no es responsable si puede devolver la res. Si alguien toma prestado un animal es responsable por su muerte o herida, a menos que el dueño esté presente en el momento del accidente.
La Torá advierte que un extranjero no debe ser maltratado o insultado en forma alguna, pues los judíos mismos fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Igual consideración debe mostrarse a la viuda y al huérfano. De lo contrario, Hashem descargará Su cólera sobre cualquiera que se aproveche de su mala situación.
Los préstamos deben hacerse sin cobrar intereses. Si alguien toma como fianza una prenda que es usada como cobija por la noche, debe devolverla a su propietario antes de la puesta del sol.
La perversión de la justicia puede ser el mayor peligro para la supervivencia de una sociedad civilizada. Puede ser causada por uno de los siguientes motivos: un testigo que levanta falso testimonio en favor de un individuo culpable; un testigo que no sostiene firmemente lo que correcto, sino que sigue a la mayoría en el error; un juez que administra justicia sobre una base parcial, y uno que acepta un soborno que influye en sus decisiones.
Debemos extender nuestra ayuda al prójimo incluso cuando hay rivalidad de por medio. Si ocurre que alguien encuentra un animal pedido por su rival, debe devolvérselo. De igual manera, si alguien encuentra un animal que yace impotente bajo su carga, debe ayudarlo y aliviar su dolor.
Los primeros productos y frutos de la tierra y los viñedos deben ser ofrecidos a D-s, Quien ha provisto al hombre esos presentes. En forma similar, los primogénitos de hombres y animales deben ser consagrados a D-S. 
Otras leyes incluyen la prohibición de comer treifá (la carne de un animal despedazado por bestias en el campo). El séptimo año del ciclo de la shemitá es sabático. Durante su transcurso la tierra no debe ser sembrada ni cosechada, sino permanecer en barbecho. El shabat debe ser observado con una completa abstención de trabajo por parte de todo miembro de la casa, incluyendo los sirvientes y hasta el ganado. Tres veces por año (en Pesaj, Shavuot y Sucot), cada adulto israelita debe hacer un peregrinaje al Templo Sagrado, llevando ofrendas como expresión de gratitud a Hashem. Está prohibido remojar la carne de cabrito en la leche de su madre.
En un mensaje final, los israelitas reciben la promesa de que se obedecen las leyes divinas, el Señor los apoyará en su conquista gradual de Canaán, y su victoria estará asegurada.
Moshé regresó desde las alturas del monte Sinaí y luego de escribir todos los preceptos que le fueran transmitidos por D-s, ofreció sacrificios y leyó el Libro del Pacto al pueblo. Este respondió de inmediato, diciendo: "Todo lo que Hashem ha dicho, nosotros haremos y escucharemos". Por orden del Señor, Moshé, Aharón, Nadav y Avihú, junto con los setenta ancianos, ascendieron al monte, donde presenciaron una visión mística de la Gloria Divina. Después de su descenso, Moshé fue convocado solo para recibir las dos Tablas de la Ley sobre las cuales D-s había inscripto los Diez Mandamientos, a fin de que le fueran enseñados ampliamente al pueblo, mientras que Aharón y Jur quedaron para gobernar en su ausencia. Seguido por Iehoshúa (que permaneció en la parte baja de la montaña), Moshé subió al monte Sinaí, que estaba rodeado por una nube; luego penetró en la bruma de la nube y permaneció allí durante cuarenta días y cuarenta noches.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO


A parashá Mishpatim enumera moitas leis básicas para a preservación dunha existencia civilizada entre os b´nei Israel. O primeiro grupo de leis promueve o trato humanitario dos escravos. Un xudeu que foi vendido como sirviente para restituír o valor dun roubo, debe ser posto en liberdade logo dun máximo de seis anos de servizo. Si estaba casado cando se converteu en enclavo, o amo debe manter á súa esposa xudía e aos fillos durante o período de servidume, e logo liberalos ao completarse ese período. Con todo, si o seu amo provelle dunha escrava (shifjá c´naanit), ela e os nenos que teña del permanecerán co amo despois de que o escravo xudeu é liberado. Si o escravo apégase tanto ao seu amo e a familia que insiste en permanecer con eles logo de que os anos de servidume houbesen expirado, fai unha declaración a este efecto ante os xuíces, e o amo perfora a súa orella contra a porta da casa cun punzón. Entón o escravo permanece como tal ata o ano do iovel (jubileo - ao ano quincuaxésimo).
Un home pode vender á súa filla como sirvienta ata que ela teña doce anos de idade. Si non comprace ao amo, non pode ser vendida como escrava nun país estranxeiro. En lugar diso, os seus pais poden redimirla do amo. Si o fillo do amo cásase con ela, debe ser tratada como unha xudía nada libre. Non se lle poden negar os seus dereitos maritales si o home ou o seu fillo cásanse con outra muller, nese caso ela queda en liberdade.
Si un home golpea ao seu escravo non xudeu e este morre,o amo é castigado segundo determíneno os xuíces. Con todo, si o escravo morre logo dun ou dous días, o amo non é castigado pois se supón que non intentaba matalo. Pero si o amo mutila ao escravo, este é liberado inmediatamente.
A pena de morte imponse polos seguintes crimes: asasinato intencional (cando un causa unha morte accidentalmente, pode escapar dos vengativos sobrevivientes da vítima fuxindo a unha cidade de refuxio); maldicir ao pai ou á nai utilizando o nome de Hashem; secuestro; prácticas de brujería; práctica de bestialidade, e sacrificios de ídolos.
Velaquí as leis referentes a agravios: si alguén fere a outro durante unha pelexa, é considerado responsable polas perdas de beneficios da vítima e polos honorarios médicos. Así mesmo debe compensala por dor, turbación e ferida física. Si mentres está loitando con outro home golpea accidentalmente a unha muller e causa o seu aborto, é responsable e debe pagar polos danos causados. Si o dono dun animal perigoso non toma as precaucións adecuadas e a besta mata a un ser humano, debe ser sacrificada e o dono, castigado. Si un animal mata a un escravo non xudeu, o dono deste recibe trinta shekalim de prata como compensación.
Tamén debe pagarse compensación por dano á propiedade. Si un animal morre logo de caer nun pozo descuberto, o responsable da negligencia debe pagar ao seu propietario o valor do animal e deducir o prezo da res morta. Si o buey dun home mata ao doutro, o primeiro é vendido e os propietarios divídense o produto de ambos bueyes.
Si alguén rouba e logo sacrifica ou vende un buey, debe pagar o quíntuplo do seu valor ao propietario, en tanto que si rouba unha ovella só debe pagar o cuádruplo. Si o ladrón é capturado co animal no seu poder, paga o dobre. Un dono de casa pode alegar homicidio xustificado si mata a un ladrón que penetra na súa casa durante a noite; con todo, é acusado de asasinato si mata a un ladrón durante o día. Si o ladrón é moi pobre e non pode devolver o roubado, é vendido como escravo.
Cando un home permite a propósito que un animal seu deambule polo campo ou o viñedo doutro home, e causa algún dano, debe evaluarse as mellores partes dos seus campos como base para estimar a compensación. Unha pena similar é aplicada ao home que acende un lume e ocasiona, por descoido, o incendio da propiedade do seu veciño.
Si confíase diñeiro ou propiedades ao coidado dun individuo ao que non se lle paga por iso, e son roubados, o propietario debe recibir o dobre do valor do obxecto faltante. Esta multa é pagada polo ladrón si é capturado, ou polo depositario si é capturado, ou polo depositario si é achado culpable de desfalco, ou polas testemuñas que acusen falsamente ao depositario de ter o obxecto no seu poder. O depositario pode absolverse a si mesmo de obrigación si fai un juramente de que non é responsable pola perda do obxecto.
Cando un animal confiado a un gardián pago morre e é lastimado ou roubado, o depositario pode tamén prestar xuramento de que non é responsable. Con todo, si o animal é roubado, o gardián será responsable. Si o animal é maltratado por bestas salvaxes, o depositario non é responsable si pode devolver a res. Si alguén toma prestado un animal é responsable pola súa morte ou ferida, a menos que o dono estea presente no momento do accidente.
A Torá advirte que un estranxeiro non debe ser maltratado ou insultado en forma algunha, pois os xudeus mesmos foron estranxeiros na terra de Egipto. Igual consideración debe mostrarse á viuda e ao huérfano. Pola contra, Hashem descargará O seu cólera sobre calquera que se aproveite da súa mala situación.
Os préstamos deben facerse sen cobrar intereses. Si alguén toma como fianza unha peza que é usada como acubilla pola noite, debe devolvela ao seu propietario antes da posta do sol.
A perversión da xustiza pode ser o maior perigo para a supervivencia dunha sociedade civilizada. Pode ser causada por un dos seguintes motivos: unha testemuña que levanta falso testemuño en favor dun individuo culpable; unha testemuña que non sostén firmemente o que correcto, senón que segue á maioría no erro; un xuíz que administra xustiza sobre unha base parcial, e un que acepta un suborno que inflúe nas súas decisións.
Debemos estender a nosa axuda ao prójimo ata cando hai rivalidad polo medio. Si ocorre que alguén atopa un animal pedido polo seu rival, debe devolverllo. De igual xeito, si alguén atopa un animal que xace impotente baixo a súa carga, debe axudalo e aliviar a súa dor.
Os primeiros produtos e froitos da terra e os viñedos deben ser ofrecidos a D-s, Quen ha provisto ao home eses presentes. En forma similar, os primogénitos de homes e animais deben ser consagrados a D-s. 

Outras leis inclúen a prohibición para comer treifá (a carne dun animal despedazado por bestas no campo). O sétimo ano do ciclo da shemitá é sabático. Durante o seu transcurso a terra non debe ser sementada nin cosechada, senón permanecer en barbecho. O shabat debe ser observado cunha completa abstención de traballo por parte de todo membro da casa, incluíndo os sirvientes e ata o gando. Tres veces por ano (en Pesaj, Shavuot e Sucot), cada adulto israelita debe facer un peregrinaje ao Templo Sagrado, levando ofrendas como expresión de gratitud a Hashem. Está prohibido remojar a carne de cabrito no leite da súa nai.
Nunha mensaxe final, os israelitas reciben a promesa de que se obedecen as leis divinas, o Señor apoiaraos na súa conquista gradual de Canaán, e a súa vitoria estará asegurada.
Moshé regresou desde as alturas do monte Sinaí e logo de escribir todos os preceptos que lle fosen transmitidos por D-s, ofreceu sacrificios e leu o Libro do Pacto ao pobo. Leste respondeu de inmediato, dicindo: "Todo o que Hashem dixo, nós faremos e escoitaremos". Por orde do Señor, Moshé, Aharón, Nadav e Avihú, xunto cos setenta anciáns, ascenderon ao monte, onde presenciaron unha visión mística da Gloria Divina. Logo do seu descenso, Moshé foi convocado só para recibir as dúas Táboas da Lei sobre as cales D-s había inscripto os Dez Mandamientos, a fin de que lle fosen ensinados ampliamente ao pobo, mentres que Aharón e Jur quedaron para gobernar na súa ausencia. Seguido por Iehoshúa (que permaneceu na parte baixa da montaña), Moshé subiu ao monte Sinaí, que estaba rodeado por unha nube; logo penetrou na bruma da nube e permaneceu alí durante corenta días e corenta noites.
Lilmod ULelamed