martes, 26 de junio de 2012

Jukat (Bamidbar 19:1 -22:1)



Una ceremonia especial de purificación fue establecida para aquellos que habían tocado un cadáver o habían estado bajo el mismo techo. Como parte de los ritos fue sacrificada una pará adumá (vaca roja) sin defectos fuera del campamento, y quemada junto con madera de cedro, hisopo y un hilo escarlata. Sus cenizas fueron mezcladas con agua de una corriente y salpicadas sobre la persona impura en el tercero y el séptimo día de su impureza. Al finalizar este último, después de haberse lavado las ropas y sumergido en un mikvé, la persona afectada podía participar nuevamente en el culto del Santuario.
Durante treinta y ocho años los israelitas erraron por el desierto y en ese tiempo murieron todos los miembros de la generación mayor de entre veinte y sesenta años, con excepción de Iehoshua y Calev. A comienzos del cuadragésimo año del éxodo, el resto de la población regresó a Kadesh. Fue allí donde murió Miriam, la hermana de Moshé y Aharón.
A su muerte dejó de fluir el agua del pozo que había acompañado milagrosamente a los israelitas. El pueblo comenzó a murmurar nuevamente contra Moshé por la falta de agua. Hashem dijo a Moshé y Aharón que le hablaran a cierta roca, de la cual fluiría agua suficiente para satisfacer a todos. Pero Moshé estaba tan disgustado por la constante falta de respeto del pueblo que golpeó impacientemente la roca en lugar de hablarle. Por no haber cumplido las instrucciones de D´s y haberlo deshonrado delante del pueblo, no se permitió a ninguno de los dos hermanos entrar en Tierra Santa.
Se instruyó entonces a la gente a fin de que se preparara para las etapas finales de su largo viaje. La única ruta disponible para ellos se extendía a través de la tierra de Edom, al sur del Mar muerto. Moshé envió mensajeros al rey de Edom solicitando permiso para atravesar su territorio y ofreciendo pagar por el agua que el pueblo y el ganado pudieran beber. El rey no sólo se rehusó, sino que además les obstruyó el paso ubicando una fuerza armada. En consecuencia, los israelitas se vieron obligados a hacer un rodeo por el camino de las fronteras sureñas de Edom. Cuando la congregación llegó al monte Hor, Aharón murió y fue sepultado allí. Moshé designó a su hijo Elazar como Cohén Gadol (sumo sacerdote)
Después de rechazar exitosamente un ataque del rey canaanita de Arad, los fatigados israelitas se quejaron amargamente de la falta de agua y alimento. Consiguientemente, fueron castigados con una plaga causada por las mordeduras fatales de feroces serpientes. Cuando el pueblo admitió su error, Moshé ubicó una serpiente de bronce sobre una vara. Quienquiera que la mirara se curaría.
La congregación que había deambulado por el sur, el este y luego el norte, pasando por las tierras de Edom y Moav, se detuvo cuando llegó al río Arnón, la frontera entre Moav al sur y Emor al norte.
Sijón, rey de Emor, no quiso permitir que los israelitas pasaran por su tierra y lanzó su ejército contra ellos. Empero, con la ayuda de Hashem, la batalla terminó con la derrota total de los emoritas. Volviendo hacia el norte, a las fértiles tierras de Guilad y Bashán, los israelitas derrotaron la resistencia de Og, rey de Bashán, y tomaron posesión de su territorio. La tierra al este del Jordán había sido conquistada y los israelitas acamparon finalmente en la frontera de Moav, frente a Jericó.
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jueves, 21 de junio de 2012

Koraj (Bamidbar 16:1 -18:32)



Un grupo de leviim bajo la dirección de Koraj, y otro de reuvenitas bajo el mando de Datán, Aviram y On encabezaron una revuelta contra Moshé y Aharón. En esta rebelión participaron doscientos cincuenta miembros prominentes de la congregación. La rebelión de Koráj estaba basada en el reclamo de que él debía haber sido designado nasí (dirigente) de la tribu de Leví. Datán y sus asociados reclamaban el derecho de liderazgo basado en su descendencia de Reuvén, el hijo mayor de Iaakov.
Moshé desafió a Kóraj y sus seguidores a aparecer al día siguiente para enfrentárselo. Después de advertir al pueblo que se mantuviera lejos de Kóraj y su grupo, Moshé anunció el método por medio del cual Hashem indicaría Su elección de los líderes. Si los rebeldes morían muerte natural, ello sería evidencia de que Moshé estaba equivocado, pero si eran tragados vivos por la tierra, el liderazgo de Moshé quedaría confirmado.
Tan pronto como Moshé terminó de hablar, Koráj y sus compañeros, como así también sus bienes, fueron tragados vivos por la tierra. El resto del pueblo huyó aterrorizado.
Los sobrevivientes comenzaron a murmurar contra Moshé, responsabilizándolo de la muerte de Kóraj y sus partidarios. A su turno, ellos fueron castigados por medio de una plaga que mató a otras catorce mil setecientas personas. Fue sólo cuando Aharon caminó entre la gente con un recipiente de incienso (siguiendo instrucciones de Moshé) que la plaga cesó.
Moshé ordenó luego al príncipe de cada tribu que llevara un bastón con su nombre al Ohel Moed. Estos bastones, junto con el de la tribu de Leví que tenía el nombre de Aharón, fueron colocados delante del Arca.
A la mañana siguiente, sólo el bastón de Aharón había producido brotes, flores y almendras. Esta fue la prueba indiscutible de que D´s había elegido a Aharón para el ser Cohén Gadol (sumo sacerdote). El bastón de Aharón fue conservado en el frente del Arca como una advertencia a las futuras generaciones para que nunca cuestionaran el derecho del linaje de Aharón a la kehuná (sacerdocio).
Puesto que los cohanim y levvím no tenían un territorio específico de la Tierra Prometida, serían mantenidos por contribuciones del pueblo. El cohén recibiría provisiones como los bicurim (primeros futos), el pidion B´jorim (rescate de los primogénitos), la t´rumá (parte de la producción de cada persona) y varias ofrendas. El leví recibiría maaser rishón (un décimo de la producción de cada persona), del cual tendría que apartar una porción para el cohén.
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martes, 12 de junio de 2012

Shlaj (Bamidbar 13:1 -15:41)




Los israelitas habían llegado a Kadesh, en el desierto de Parán. Doce representantes, uno por cada tribu, fueron enviados por Moshé para explorar la tierra prometida de Canaán y volver con un informe sobre las condiciones de la población, lugares de residencia y suelo. Iehoshúa y Calev formaban parte de este grupo de meraglim (espías).
Los enviados cruzaron secretamente el paso montañoso del Néguev, en el sur de Canaán, y atravesaron el país hasta el extremo norte. Regresaron al campamento luego de una ausencia de cuarenta días, llevando con ellos grandes racimos de uvas, granadas e higos como evidencia de la fertilidad de la tierra. Pero diez de los meraglim afirmaron que sería imposible para los b´nei Israel conquistar Cannán. Ellos consideraban que las ciudades estaban demasiado fortificadas y que sus habitantes eran muy poderoso. Iehoshúa y Calev no compartieron este informe pesimista y aconsejaron que el pueblo marchara sobre Canaán. Los israelitas, sin embargo, se adhirieron al informe de la mayoría y perdieron el ánimo, se alzaron en abierta rebelión, propusieron la elección de un líder para conducirlos de regreso a Egipto, rehusaron escuchar los renovados ruegos de Calev y Iehoshúa, y amenazaron con apedrearlos.
Hashem estaba colérico por esta falta de fe y expresó Su intención de destruir al pueblo y de formar una nueva nación exclusivamente con descendientes de Moshé. Nuevamente, éste intercedió exitosamente a favor de los israelitas, pero si bien logró evitar su aniquilación, los b´nei Israel fueron condenados a deambular por el desierto durante cuarenta años, uno por cada día que los meraglim habían investigado el país, hasta que todos los mayores de veinte años (con excepción de Calev y Iehoshúa) hubieran muerto. Entonces, los miembros de la nueva generación entrarían en la Tierra Prometida para ser testigos del cumplimiento de la promesa hecha por D´s.
Los meraglim que habían presentado el informe negativo murieron a causa de una plaga repentina. El pueblo comprendió tardíamente su error e intentó ir por su cuenta a Eretz Israel. Empero, sus miembros ignoraron la advertencia de Moshé de que Hashem no estaba con ellos y fueron totalmente derrotados por las tribus de Amalek y Canaán, que vivían en ese territorio.
Los israelitas recibieron la promesa de que sus descendientes poseerían Eretz Israel. El Señor loe dijo a Moshé que dictara la Ley que entraría en vigor en ese tiempo: que las ofrendas de comida y las ofrendas de bebida debían acompañar a la ofrenda de animales; que la parte de la masa llamada jalá debía ser apartada para Hashem, y que si la congregación practicaba la idolatría por error, debía expiar su culpa por medio de un sacrificio.
Mientras estaba en el desierto, el pueblo constató que un hombre profanaba Shabat. El transgresor fue mantenido en custodia hasta que el Señor le declaró a Moshé que debía ser apedreado por la congregación hasta morir.
Finalmente fue promulgada la ley que establece que deben usarse tzizit en las cuatro esquinas de las vestimenta para recordar al pueblo la necesidad de observar los mandamientos divinos en todo momento.
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viernes, 8 de junio de 2012

Behaalotejá (Bamidbar 8:1 -12:17)




A Aharón le fue confiada la tarea de disponer las seis lámparas exteriores de la menorá de modo que sus luces se proyectaran hacia el brazo central.
Los leviim se prepararon para el servicio en el Mishkán, purificándose mediante abluciones y sacrificios. Se les dijo que sólo aquéllos que tuviesen entre treinta y cincuenta años de edad tomarían parte en el servicio religioso, pero que los que tenían entre veinticinco y treinta años serían preparados para sus deberes futuros.
El primer Pesaj posterior al éxodo fue observado el día catorce de Nisán. Aquellos que estaban impuros solicitaron que a ellos también se les permitiera participar de las ofrendas de Pesaj. Una fecha especial, el catorce de Iyar, fue destinada a aquellos que estaban impuros o se encontraban a demasiada distancia en Pesaj como para llevar el Korbán (sacrificio) respectivo.
La nube del Señor alzándose desde el Mishkán era una señal para que los miembros del campamento continuaran su viaje. Moshé recibió orden de hacer dos trompetas de plata, que serían utilizadas para anunciar el comienzo de la marcha, convocar a todo el pueblo al Mishkán, dar la alarma antes de una batalla y proclamar ocasiones de júbilo, tales como las festividades de la luna nueva.
Después de casi un año en el desierto de Sinaí, si instruyó al pueblo para que viajara al desierto de Parán. Moshé le pidió a su suegro, Itró, que los acompañara, pero él prefirió retornar a Midián, su tierra nativa.
Durante el viaje el pueblo comenzó a murmurar con el liderato de Moshe. Esto despertó la cólera de Hashem, que hizo estallar un incendio en medio del campamento, provocando el terror y la destrucción. El fuego se apagó sólo después de que Moshé hubo rezado al Señor a favor del pueblo.

Sin embargo, los israelitas no aprendieron la lección. Azuzados por las multitudes ajenas que los habían acompañado en su salida de Egipto, se quejaron nuevamente, esta vez por falta de carne en el desierto. Sus murmuraciones llevaron a Moshé a sentir que la carga de dirigir al pueblo era demasiado grande como para soportarla solo. D-s respondió ordenando a Moshe que reuniera a setenta ancianos para que le asistieran en la conducción del pueblo. Los ancianos fueron reunidos y el espíritu de profecía reposo sobre ellos.
En respuesta a la queja por la falta de carne y el gusto aburrido del maná, Hashem hizo que un fuerte viento arrastrara una gran cantidad de codornices desde el mar. El pueblo juntó las aves ávidamente, pero cuando comenzaron a comerlas, muchos de ellos cayeron muertos.
Miriam, la hermana de Moshé, fue castigada con lepra por difamar al hermano. Después de permanecer una semana fuera del campamento se curó completamente.

Lilmod ULelamed