miércoles, 22 de febrero de 2017

PARASHÁ MISHPATIM




La parashá Mishpatim enumera muchas leyes básicas para la preservación de una existencia civilizada entre los b´nei Israel. El primer grupo de leyes promueve el trato humanitario de los esclavos. Un judío que ha sido vendido como sirviente para restituir el valor de un robo, debe ser puesto en libertad luego de un máximo de seis años de servicio. Si estaba casado cuando se convirtió en enclavo, el amo debe mantener a su esposa judía y a los hijos durante el período de servidumbre, y luego liberarlos al completarse ese período. Sin embargo, si su amo le provee de una esclava (shifjá c´naanit), ella y los niños que tenga de él permanecerán con el amo después de que el esclavo judío es liberado. Si el esclavo se apega tanto a su amo y la familia que insiste en permanecer con ellos luego de que los años de servidumbre hubiesen expirado, hace una declaración a este efecto ante los jueces, y el amo perfora su oreja contra la puerta de la casa con un punzón. Entonces el esclavo permanece como tal hasta el año del iovel (jubileo - al año quincuagésimo).
Un hombre puede vender a su hija como sirvienta hasta que ella tenga doce años de edad. Si no complace al amo, no puede ser vendida como esclava en un país extranjero. En lugar de ello, sus padres pueden redimirla del amo. Si el hijo del amo se casa con ella, debe ser tratada como una judía nacida libre. No se le pueden negar sus derechos maritales si el hombre o su hijo se casan con otra mujer, en cuyo caso ella queda en libertad.
Si un hombre golpea a su esclavo no judío y éste muere,el amo es castigado según lo determinen los jueces. Sin embargo, si el esclavo muere después de uno o dos días, el amo no es castigado pues se supone que no intentaba matarlo. Pero si el amo mutila al esclavo, éste es liberado inmediatamente.
La pena de muerte se impone por los siguientes crímenes: asesinato intencional (cuando uno causa una muerte accidentalmente, puede escapar de los vengativos sobrevivientes de la víctima huyendo a una ciudad de refugio); maldecir al padre o a la madre utilizando el nombre de Hashem; secuestro; prácticas de brujería; práctica de bestialidad, y sacrificios de ídolos.
He aquí las leyes referentes a agravios: si alguien hiere a otro durante una pelea, es considerado responsable por las pérdidas de beneficios de la víctima y por los honorarios médicos. Asimismo debe compensarla por dolor, turbación y herida física. Si mientras está luchando con otro hombre golpea accidentalmente a una mujer y causa su aborto, es responsable y debe pagar por los daños causados. Si el dueño de un animal peligroso no toma las precauciones adecuadas y la bestia mata a un ser humano, debe ser sacrificada y el dueño, castigado. Si un animal mata a un esclavo no judío, el dueño de éste recibe treinta shekalim de plata como compensación.
También debe pagarse compensación por daño a la propiedad. Si un animal muere después de haber caído en un pozo descubierto, el responsable de la negligencia debe pagar a su propietario el valor del animal y deducir el precio de la res muerta. Si el buey de un hombre mata al de otro, el primero es vendido y los propietarios se dividen el producto de ambos bueyes.
Si alguien roba y luego sacrifica o vende un buey, debe pagar el quíntuple de su valor al propietario, en tanto que si roba una oveja sólo debe pagar el cuádruple. Si el ladrón es capturado con el animal en su poder, paga el doble. Un dueño de casa puede alegar homicidio justificado si mata a un ladrón que penetra en su casa durante la noche; sin embargo, es acusado de asesinato si mata a un ladrón durante el día. Si el ladrón es muy pobre y no puede devolver lo robado, es vendido como esclavo.
Cuando un hombre permite a sabiendas que un animal suyo deambule por el campo o el viñedo de otro hombre, y causa algún daño, debe evaluarse las mejores partes de sus campos como base para estimar la compensación. Una pena similar es aplicada al hombre que enciende un fuego y ocasiona, por descuido, el incendio de la propiedad de su vecino.
Si se confía dinero o propiedades al cuidado de un individuo al que no se le paga por ello, y son robados, el propietario debe recibir el doble del valor del objeto faltante. Esta multa es pagada por el ladrón si es capturado, o por el depositario si es capturado, o por el depositario si es hallado culpable de desfalco, o por los testigos que acusen falsamente al depositario de tener el objeto en su poder. El depositario puede absolverse a sí mismo de obligación si hace un juramente de que no es responsable por la pérdida del objeto.
Cuando un animal confiado a un guardián pago muere y es lastimado o robado, el depositario puede también prestar juramento de que no es responsable. Sin embargo, si el animal es robado, el guardián será responsable. Si el animal es maltratado por bestias salvajes, el depositario no es responsable si puede devolver la res. Si alguien toma prestado un animal es responsable por su muerte o herida, a menos que el dueño esté presente en el momento del accidente.
La Torá advierte que un extranjero no debe ser maltratado o insultado en forma alguna, pues los judíos mismos fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Igual consideración debe mostrarse a la viuda y al huérfano. De lo contrario, Hashem descargará Su cólera sobre cualquiera que se aproveche de su mala situación.
Los préstamos deben hacerse sin cobrar intereses. Si alguien toma como fianza una prenda que es usada como cobija por la noche, debe devolverla a su propietario antes de la puesta del sol.
La perversión de la justicia puede ser el mayor peligro para la supervivencia de una sociedad civilizada. Puede ser causada por uno de los siguientes motivos: un testigo que levanta falso testimonio en favor de un individuo culpable; un testigo que no sostiene firmemente lo que correcto, sino que sigue a la mayoría en el error; un juez que administra justicia sobre una base parcial, y uno que acepta un soborno que influye en sus decisiones.
Debemos extender nuestra ayuda al prójimo incluso cuando hay rivalidad de por medio. Si ocurre que alguien encuentra un animal pedido por su rival, debe devolvérselo. De igual manera, si alguien encuentra un animal que yace impotente bajo su carga, debe ayudarlo y aliviar su dolor.
Los primeros productos y frutos de la tierra y los viñedos deben ser ofrecidos a D-s, Quien ha provisto al hombre esos presentes. En forma similar, los primogénitos de hombres y animales deben ser consagrados a D-S. 
Otras leyes incluyen la prohibición de comer treifá (la carne de un animal despedazado por bestias en el campo). El séptimo año del ciclo de la shemitá es sabático. Durante su transcurso la tierra no debe ser sembrada ni cosechada, sino permanecer en barbecho. El shabat debe ser observado con una completa abstención de trabajo por parte de todo miembro de la casa, incluyendo los sirvientes y hasta el ganado. Tres veces por año (en Pesaj, Shavuot y Sucot), cada adulto israelita debe hacer un peregrinaje al Templo Sagrado, llevando ofrendas como expresión de gratitud a Hashem. Está prohibido remojar la carne de cabrito en la leche de su madre.
En un mensaje final, los israelitas reciben la promesa de que se obedecen las leyes divinas, el Señor los apoyará en su conquista gradual de Canaán, y su victoria estará asegurada.
Moshé regresó desde las alturas del monte Sinaí y luego de escribir todos los preceptos que le fueran transmitidos por D-s, ofreció sacrificios y leyó el Libro del Pacto al pueblo. Este respondió de inmediato, diciendo: "Todo lo que Hashem ha dicho, nosotros haremos y escucharemos". Por orden del Señor, Moshé, Aharón, Nadav y Avihú, junto con los setenta ancianos, ascendieron al monte, donde presenciaron una visión mística de la Gloria Divina. Después de su descenso, Moshé fue convocado solo para recibir las dos Tablas de la Ley sobre las cuales D-s había inscripto los Diez Mandamientos, a fin de que le fueran enseñados ampliamente al pueblo, mientras que Aharón y Jur quedaron para gobernar en su ausencia. Seguido por Iehoshúa (que permaneció en la parte baja de la montaña), Moshé subió al monte Sinaí, que estaba rodeado por una nube; luego penetró en la bruma de la nube y permaneció allí durante cuarenta días y cuarenta noches.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO


A parashá Mishpatim enumera moitas leis básicas para a preservación dunha existencia civilizada entre os b´nei Israel. O primeiro grupo de leis promueve o trato humanitario dos escravos. Un xudeu que foi vendido como sirviente para restituír o valor dun roubo, debe ser posto en liberdade logo dun máximo de seis anos de servizo. Si estaba casado cando se converteu en enclavo, o amo debe manter á súa esposa xudía e aos fillos durante o período de servidume, e logo liberalos ao completarse ese período. Con todo, si o seu amo provelle dunha escrava (shifjá c´naanit), ela e os nenos que teña del permanecerán co amo despois de que o escravo xudeu é liberado. Si o escravo apégase tanto ao seu amo e a familia que insiste en permanecer con eles logo de que os anos de servidume houbesen expirado, fai unha declaración a este efecto ante os xuíces, e o amo perfora a súa orella contra a porta da casa cun punzón. Entón o escravo permanece como tal ata o ano do iovel (jubileo - ao ano quincuaxésimo).
Un home pode vender á súa filla como sirvienta ata que ela teña doce anos de idade. Si non comprace ao amo, non pode ser vendida como escrava nun país estranxeiro. En lugar diso, os seus pais poden redimirla do amo. Si o fillo do amo cásase con ela, debe ser tratada como unha xudía nada libre. Non se lle poden negar os seus dereitos maritales si o home ou o seu fillo cásanse con outra muller, nese caso ela queda en liberdade.
Si un home golpea ao seu escravo non xudeu e este morre,o amo é castigado segundo determíneno os xuíces. Con todo, si o escravo morre logo dun ou dous días, o amo non é castigado pois se supón que non intentaba matalo. Pero si o amo mutila ao escravo, este é liberado inmediatamente.
A pena de morte imponse polos seguintes crimes: asasinato intencional (cando un causa unha morte accidentalmente, pode escapar dos vengativos sobrevivientes da vítima fuxindo a unha cidade de refuxio); maldicir ao pai ou á nai utilizando o nome de Hashem; secuestro; prácticas de brujería; práctica de bestialidade, e sacrificios de ídolos.
Velaquí as leis referentes a agravios: si alguén fere a outro durante unha pelexa, é considerado responsable polas perdas de beneficios da vítima e polos honorarios médicos. Así mesmo debe compensala por dor, turbación e ferida física. Si mentres está loitando con outro home golpea accidentalmente a unha muller e causa o seu aborto, é responsable e debe pagar polos danos causados. Si o dono dun animal perigoso non toma as precaucións adecuadas e a besta mata a un ser humano, debe ser sacrificada e o dono, castigado. Si un animal mata a un escravo non xudeu, o dono deste recibe trinta shekalim de prata como compensación.
Tamén debe pagarse compensación por dano á propiedade. Si un animal morre logo de caer nun pozo descuberto, o responsable da negligencia debe pagar ao seu propietario o valor do animal e deducir o prezo da res morta. Si o buey dun home mata ao doutro, o primeiro é vendido e os propietarios divídense o produto de ambos bueyes.
Si alguén rouba e logo sacrifica ou vende un buey, debe pagar o quíntuplo do seu valor ao propietario, en tanto que si rouba unha ovella só debe pagar o cuádruplo. Si o ladrón é capturado co animal no seu poder, paga o dobre. Un dono de casa pode alegar homicidio xustificado si mata a un ladrón que penetra na súa casa durante a noite; con todo, é acusado de asasinato si mata a un ladrón durante o día. Si o ladrón é moi pobre e non pode devolver o roubado, é vendido como escravo.
Cando un home permite a propósito que un animal seu deambule polo campo ou o viñedo doutro home, e causa algún dano, debe evaluarse as mellores partes dos seus campos como base para estimar a compensación. Unha pena similar é aplicada ao home que acende un lume e ocasiona, por descoido, o incendio da propiedade do seu veciño.
Si confíase diñeiro ou propiedades ao coidado dun individuo ao que non se lle paga por iso, e son roubados, o propietario debe recibir o dobre do valor do obxecto faltante. Esta multa é pagada polo ladrón si é capturado, ou polo depositario si é capturado, ou polo depositario si é achado culpable de desfalco, ou polas testemuñas que acusen falsamente ao depositario de ter o obxecto no seu poder. O depositario pode absolverse a si mesmo de obrigación si fai un juramente de que non é responsable pola perda do obxecto.
Cando un animal confiado a un gardián pago morre e é lastimado ou roubado, o depositario pode tamén prestar xuramento de que non é responsable. Con todo, si o animal é roubado, o gardián será responsable. Si o animal é maltratado por bestas salvaxes, o depositario non é responsable si pode devolver a res. Si alguén toma prestado un animal é responsable pola súa morte ou ferida, a menos que o dono estea presente no momento do accidente.
A Torá advirte que un estranxeiro non debe ser maltratado ou insultado en forma algunha, pois os xudeus mesmos foron estranxeiros na terra de Egipto. Igual consideración debe mostrarse á viuda e ao huérfano. Pola contra, Hashem descargará O seu cólera sobre calquera que se aproveite da súa mala situación.
Os préstamos deben facerse sen cobrar intereses. Si alguén toma como fianza unha peza que é usada como acubilla pola noite, debe devolvela ao seu propietario antes da posta do sol.
A perversión da xustiza pode ser o maior perigo para a supervivencia dunha sociedade civilizada. Pode ser causada por un dos seguintes motivos: unha testemuña que levanta falso testemuño en favor dun individuo culpable; unha testemuña que non sostén firmemente o que correcto, senón que segue á maioría no erro; un xuíz que administra xustiza sobre unha base parcial, e un que acepta un suborno que inflúe nas súas decisións.
Debemos estender a nosa axuda ao prójimo ata cando hai rivalidad polo medio. Si ocorre que alguén atopa un animal pedido polo seu rival, debe devolverllo. De igual xeito, si alguén atopa un animal que xace impotente baixo a súa carga, debe axudalo e aliviar a súa dor.
Os primeiros produtos e froitos da terra e os viñedos deben ser ofrecidos a D-s, Quen ha provisto ao home eses presentes. En forma similar, os primogénitos de homes e animais deben ser consagrados a D-s. 

Outras leis inclúen a prohibición para comer treifá (a carne dun animal despedazado por bestas no campo). O sétimo ano do ciclo da shemitá é sabático. Durante o seu transcurso a terra non debe ser sementada nin cosechada, senón permanecer en barbecho. O shabat debe ser observado cunha completa abstención de traballo por parte de todo membro da casa, incluíndo os sirvientes e ata o gando. Tres veces por ano (en Pesaj, Shavuot e Sucot), cada adulto israelita debe facer un peregrinaje ao Templo Sagrado, levando ofrendas como expresión de gratitud a Hashem. Está prohibido remojar a carne de cabrito no leite da súa nai.
Nunha mensaxe final, os israelitas reciben a promesa de que se obedecen as leis divinas, o Señor apoiaraos na súa conquista gradual de Canaán, e a súa vitoria estará asegurada.
Moshé regresou desde as alturas do monte Sinaí e logo de escribir todos os preceptos que lle fosen transmitidos por D-s, ofreceu sacrificios e leu o Libro do Pacto ao pobo. Leste respondeu de inmediato, dicindo: "Todo o que Hashem dixo, nós faremos e escoitaremos". Por orde do Señor, Moshé, Aharón, Nadav e Avihú, xunto cos setenta anciáns, ascenderon ao monte, onde presenciaron unha visión mística da Gloria Divina. Logo do seu descenso, Moshé foi convocado só para recibir as dúas Táboas da Lei sobre as cales D-s había inscripto os Dez Mandamientos, a fin de que lle fosen ensinados ampliamente ao pobo, mentres que Aharón e Jur quedaron para gobernar na súa ausencia. Seguido por Iehoshúa (que permaneceu na parte baixa da montaña), Moshé subiu ao monte Sinaí, que estaba rodeado por unha nube; logo penetrou na bruma da nube e permaneceu alí durante corenta días e corenta noites.
Lilmod ULelamed


miércoles, 15 de febrero de 2017

PARASHA YITRO





Mientras Moshé llevaba a cabo su misión en Egipto, su familia regresó a Midián. Ahora que los b´nei Israel estaban en el desierto, el suegro de Moshé, Itró, llevó a su hija Tzipora y a los hijos de aquél a Refidim. Moshé dio la bienvenida a Itró en forma afectuosa y le contó todo lo que Hashem había hecho por los judíos. Su suegro reconoció totalmente el poder de D-s y Le ofrendó sacrificios. Observando que Moshé estaba sobrecargado de tareas judiciales, Itró le aconsejó que nombrara jueces para ayudarlo y que él se concetrara sólo en los casos más difíciles. Moshé actuó conforme a este sabio consejo e Itró regresó a Midian.
El primer día del tercer mes (Siván) después de su partida de Egipto, los b´nei Israel llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente a la montaña. Moshé se aproximó a ella y oyó la voz del Señor que lo instruía para que recordara al Pueblo cómo El los había liberado de Egipto. Si ellos Le obedecían, se transformarían en "un reino de sacerdotes y una nación santa". Moshé descendió de la montaña y repitió las palabras del Señor a los ancianos y a todo el pueblo. Como una nación unida respondieron todos a una: "Nosotros haremos todo lo que nos ha dicho el Señor". Moshé informó de estas palabras a Hashem y se le comunicó que D-s aparecería en una densa nube y le hablaría delante de toda la congregación de judíos. De esta forma, nunca se dudaría otra vez de Su divina comisión. El pueblo debía prepararse durante tres días para el gran suceso de la aceptación de la Torá. No debían tocar los límites de la montaña so pena de muerte.
Después de que transcurrieron esos tres días, el seis de Siván, se produjeron truenos y relámpagos, y una densa nube descendió sobre la montaña. Se oyó el llamado de la trompeta y Moshé llevó al pueblo hasta el pie de la montaña. El monte Sinaí estaba envuelto en humo y el Señor convocó a Moshe a la cima. Luego le ordenó que advirtiera al pueblo que no debía contemplar la Manifestación Divina y Moshé cumplió la orden.
Después llegó el momento supremo de la historia del mundo. La voz del Señor fue oída por todo hombre, mujer y niño, mientras formulaba las bases de la conducta moral y religiosa de todos los tiempos:
1 - Yo soy el Señor, tu D-s, que te saqué de la tierra de Egipto...
2 - No tendrás otros dioses delante de Mí...
3 - No pronuncies el nombre del Señor, tu D-s , en vano...
4 - Acuérdate del shabat para santificarlo...
5 - Honra a tu padre y a tu madre...
6 - No matarás
7 - No cometerás adulterio
8 - No robarás
9- No levantarás falso testimonio contra tu prójimo
10- No codiciarás la casa de tu prójimo...
Los judíos estaban atemorizados por todo lo que habían presenciado que se alejaron de la montaña y rogaron a Moshé que les hablara en lugar de Hashem,por temor a morir.
Entonces Moshé se acercó a la densa oscuridad y recibió una serie de leyes. Los primeros cuatro preceptos trataban de aspectos importantes del culto divino: la prohibición de la idolatría, la erección de un altar de tierra para ofrendas de sacrificios, más solo donde Hashem ordenara que se lo construyera con roca no tallada ni modelada con instrumentos de hierro, y la ley que establece que el sacerdote debe ascender al altar por una rampa y no por escalones.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO

Mentres Moshé levaba a cabo a súa misión en Egipto, a súa familia regresou a Midián. Agora que os b´nei Israel estaban no deserto, o suegro de Moshé, Itró, levou á súa filla Tzipora e aos fillos daquel a Refidim. Moshé deu a bienvenida a Itró en forma afectuosa e contoulle todo o que Hashem fixera polos xudeus. O seu suegro recoñeceu totalmente o poder de D-s e Lle ofrendó sacrificios. Observando que Moshé estaba sobrecargado de tarefas xudiciais, Itró aconselloulle que nomease xuíces para axudalo e que el se concetrara só nos casos máis difíciles. Moshé actuou conforme a este sabio consello e Itró regresou a Midian.
O primeiro día do terceiro mes (Siván) logo da súa partida de Egipto, os b´nei Israel chegaron ao deserto de Sinaí e acamparon fronte á montaña. Moshé aproximouse a ela e oíu a voz do Señor que o instruía para que recordase ao Pobo como O liberounos de Egipto. Si eles obedecíanlle, transformaríanse en "un reino de sacerdotes e unha nación santa". Moshé descendeu da montaña e repetiu as palabras do Señor aos anciáns e a todo o pobo. Como unha nación unida responderon todos a un tempo: "Nós faremos todo o que nos dixo o Señor". Moshé informou destas palabras a Hashem e comunicóuselle que D-s aparecería nunha densa nube e falaríalle diante de toda a congregación de xudeus. Desta forma, nunca se dubidaría outra vez da súa divina comisión. O pobo debía prepararse durante tres días para o gran suceso da aceptación da Torá. Non debían tocar os límites da montaña so pena de morte.
Despois de que transcorreron eses tres días, o seis de Siván, producíronse tronos e lóstregos, e unha densa nube descendeu sobre a montaña. Oír o chamado da trompeta e Moshé levou ao pobo ata o pé da montaña. O monte Sinaí estaba envolvido en fume e o Señor convocou a Moshe á cima. Logo ordenoulle que advertise ao pobo que non debía contemplar a Manifestación Divina e Moshé cumpriu a orde.
Despois chegou o momento supremo da historia do mundo. A voz do Señor foi oída por todo home, muller e neno, mentres formulaba as bases da conduta moral e relixiosa de todos os tempos:
1 - Eu son o Señor, o teu D-s, que che saquei da terra de Egipto...
2 - Non terás outros deuses diante de Min...
3 - Non pronuncies o nome do Señor, o teu D-s , en balde...
4 - Acórdache do shabat para santificarlo...
5 - Honra ao teu pai e á túa nai...
6 - Non matarás
7 - Non cometerás adulterio
8 - Non roubarás
9- Non levantarás falso testemuño contra o teu prójimo
10- Non cobizarás a casa da túa prójimo...
Os xudeus estaban atemorizados por todo o que presenciaran que se afastaron da montaña e rogaron a Moshé que lles falase en lugar de Hashem,por temor a morrer.
Entón Moshé achegouse á densa escuridade e recibiu unha serie de leis. Os primeiros catro preceptos trataban de aspectos importantes do culto divino: a prohibición da idolatría, a erección dun altar de terra para ofrendas de sacrificios, máis só onde Hashem ordenase que llo construíse con roca non tallada nin modelada con instrumentos de ferro, e a lei que establece que o sacerdote debe ascender ao altar por unha rampa e non por chanzos.
Lilmod ULelamed


jueves, 9 de febrero de 2017

PARASHÁ BESHALAJ






Cuando los israelitas salieron de Egipto, Hashem no los condujo a Canaán por la ruta directa, a través de las tierra de los filisteos, con el objeto de que no se toparan con ejércitos hostiles y lamentaran la partida. En lugar de ello, el pueblo viajó en dirección opuesta, guiado por una columna de nubes durante el día, y de fuego por la noche. Moshé no olvidó transportar los restos de Iosef, como éste había pedido. Los israelitas ya habían llegado a Etam, en el límite del desierto, cuando recibieron orden de regresar y acampar junto al Mar Rojo. Allí Paró los persiguió pensando que estaban atrapados en el desierto, pero el Señor nuevamente proveyó a su salvación
Tan pronto como el pueblo judío hubo partido, el faraón se lamentó de haberle permitido salir. Reunió a todo su ejército, que consistía de muchos soldados y carros, y persiguió a los israelitas. Muy pronto los egipcios estuvieron pisándoles los talones a los judíos, que fueron dominados por el pánico y se quejaron amargamente a Moshé: "Habría sido mucho mejor para nosotros servir en Egipto que morir en el desierto", clamaban. Pero Moshé les aseguró que D-s lucharía por ellos una vez más. La columna de nubes que los guiaba se movió hacia la retaguardia, creando un velo oscuro que obstaculizó el avance egipcio. Por orden del Señor, Moshé extendió la mano sobre el Mar Rojo. Un fuerte viento sopló, entonces, del Este y dividió las aguas. Esto permitió a los israelitas cruzar el mar con el lecho seco. Los egipcios los siguieron dentro del mar pero fueron sumidos en un estado de confusión por Hashem. Las ruedas de sus carros se atascaron en la arena húmeda. Entonces Moshé extendió nuevamente su mano sobre el mar y las aguas se cerraron sobre los egipcios y sus caballos, ahogándolos.
Moshé y los hijos de Israel entonaron una canción de triunfo, en la cual alababan el infinito poder de D-s, que había destruído al enemigo. El guiaría a Israel sin peligro a Canáan, cuyos habitantes se aterrorizaron al enterarse del aniquilamiento de los egipcios.
Los judíos marcharon continuadamente en dirección al Sur, a través del desierto de Shur, hacia Mará (amargor), llamado así por el sabor de sus aguas. Abrasado por la sed, el pueblo comenzó a murmurar contra Moshé.Entonces fue mostrado un tronco que al ser arrojado a las aguas, las endulzó. Los israelitas se refrescaron y continuaron su camino hacia el oasis de Elim.
Marchando hacia el interior, entraron en el desierto del Sinaí un mes después de su partida de Egipto. Pronto la falta de alimentos les hizo decir que mejor hubieran vivido en medio de los lujos de Egipto. Hashem les comunicó que haría caer pan del cielo y los sometería a una prueba para saber si obedecían Su ley. Por la noche venían al campamento aves migratorias, codornices, y de este modo el pueblo recibió provisión de carne. En la mañana el terreno estuvo cubierto  de man (maná), el cual tenía el sabor que deseara cada consumidor. Se ordenó a los israelitas que recogieran no más de un ómer (medida de 4 litros, aproximadamente) de man por persona cada día. Empero, el sexto día debía juntarse una porción doble para disponer de alimento también en Shabat, día en que está prohibido trabajar. Un ómer de man era colocado en una vasija de arcilla delante del Arca en el Mishcán, como testimonio de la bondad de Hashem.
El Refidim, ubicada más hacia el sur, el pueblo disputó nuevamente con Moshe, quejándose de la falta de agua. Por orden de D-s, Moshé golpeó una roca en el cercano monte Jorev con el bastón que había utilizado en Egipto, y brotó una corriente de agua que permitió a la gente beber a voluntad. El lugar en que ocurrió este milagro fue llamado Masá-Merivá.
La tribu de Amalek atacó a los israelitas en Refidim y éstos se defendieron bajo el mando de Iehoshúa. En el fragor de la batalla, Moshe ascendió a la cima del collado, llevando su bastón. Fue acompañado por Aharon y Jur. Estos sostenían sus brazos cuando se cansaba, pues Israel sólo vencía cuando Moshé mantenía en alto las manos orando a D-s. La batalla duró hasta la puesta del sol y Amalek fue derrotado. Moshé recibió orden de registrar este incidente e inculcar su importancia en Iehoshua, quien conduciría a los israelitas en Canaán. Por su traición al atacar a Israel, la tribu de Amalek debía ser totalmente destruida y su recuerdo borrado de la faz de la Tierra.
Lilmod ULelamed



EN GALEGO

Cando os israelitas saíron de Egipto, Hashem non os conduciu a Canaán pola ruta directa, a través das terra dos filisteos, co obxecto de que non se topasen con exércitos hostís e lamentasen a partida. En lugar diso, o pobo viaxou en dirección oposta, guiado por unha columna de nubes durante o día, e de lume pola noite. Moshé non esqueceu transportar os restos de Iosef, como este pedira. Os israelitas xa chegaran a Etam, no límite do deserto, cando recibiron orde de regresar e acampar xunto ao Mar Vermello. Alí Parou perseguiunos pensando que estaban atrapados no deserto, pero o Señor nuevamente proveu á súa salvación
Axiña que como o pobo xudeu houbo partido, o faraón lamentouse de haberlle permitido saír. Reuniu a todo o seu exército, que consistía de moitos soldados e carros, e perseguiu aos israelitas. Moi pronto os egipcios estiveron pisándolles os talóns aos xudeus, que foron dominados polo pánico e queixáronse amargamente a Moshé: "sería moito mellor para nós servir en Egipto que morrer no deserto", clamaban. Pero Moshé aseguroulles que D-s loitaría por eles unha vez máis. A columna de nubes que os guiaba moveuse cara á retaguardia, creando un veo escuro que obstaculizou o avance egipcio. Por orde do Señor, Moshé estendeu a man sobre o Mar Vermello. Un forte vento soprou, entón, do Leste e dividiu as augas. Isto permitiu aos israelitas cruzar o mar co leito seco. Os egipcios seguíronos dentro do mar pero foron sumidos nun estado de confusión por Hashem. As rodas dos seus carros atascáronse na area húmida. Entón Moshé estendeu nuevamente a súa man sobre o mar e as augas pecháronse sobre os egipcios e os seus cabalos, afogándoos.
Moshé e os fillos de Israel entonaron unha canción de triunfo, na cal encomiaban o infinito poder de D-s, que había destruído ao inimigo. O guiaría a Israel sen perigo a Canáan, cuxos habitantes aterrorizar ao decatarse do aniquilamiento dos egipcios.
Os xudeus marcharon continuadamente en dirección ao Sur, a través do deserto de Shur, cara a Mará (amargor), chamado así polo sabor das súas augas. Abrasado pola sede, o pobo comezou a murmurar contra Moshé.Entón foi mostrado un tronco que ao ser arroxado ás augas, as endulzó. Os israelitas refrescáronse e continuaron o seu camiño cara ao oasis de Elim.
Marchando cara ao interior, entraron no deserto do Sinaí un mes logo da súa partida de Egipto. Pronto a falta de alimentos fíxolles dicir que mellor vivisen no medio dos luxos de Egipto. Hashem comunicoulles que faría caer pan do ceo e someteríaos a unha proba para saber si obedecían A súa lei. Pola noite viñan ao campamento aves migratorias, codornices, e deste xeito o pobo recibiu provisión de carne. Na mañá o terreo estivo cuberto de man (maná), o cal tiña o sabor que desexase cada consumidor. Ordenouse aos israelitas que recollesen non máis dun ómer (medida de 4 litros, aproximadamente) de man por persoa cada día. Emporiso, o sexto día debía xuntarse unha porción dobre para dispoñer de alimento tamén en Shabat, día en que está prohibido traballar. Un ómer de man era colocado nunha vasija de arcilla diante do Arca no Mishcán, como testemuño da bondade de Hashem.
O Refidim, situada máis cara ao sur, o pobo disputou nuevamente con Moshe, queixándose da falta de auga. Por orde de D-s, Moshé golpeou unha roca no próximo monte Jorev co bastón que utilizara en Egipto, e brotou unha corrente de auga que permitiu á xente beber a vontade. O lugar en que ocorreu este milagre foi chamado Masá-Merivá.
A tribo de Amalek atacou aos israelitas en Refidim e estes defendéronse baixo o mando de Iehoshúa. No fragor da batalla, Moshe ascendeu á cima do collado, levando o seu bastón. Foi acompañado por Aharon e Jur. Estes sostiñan os seus brazos cando se cansaba, pois Israel só vencía cando Moshé mantiña no alto as mans orando a D-s. A batalla durou ata a posta do sol e Amalek foi derrotado. Moshé recibiu orde de rexistrar este incidente e inculcar a súa importancia en Iehoshua, quen conduciría aos israelitas en Canaán. Pola súa traizón ao atacar a Israel, a tribo de Amalek debía ser totalmente destruída e o seu recordo borrado da face da Terra.
Lilmod ULelamed