miércoles, 29 de agosto de 2012

Ki Tetzé (Deuteronomio 21:10 -25:19)





Si un israelita capturaba a una prisionera de guerra en una batalla fuera de Canaán, no podía tomarla en matrimonio inmediatamente. Antes ella debía raparse la cabeza, cortarse las uñas, quitarse el vestido de cautiverio y llorar a sus padres durante un mes; todo esto para que no resultara atractiva para el judío. Luego, si éste aún deseaba casarse con ella, podía hacerlo; de lo contrario, tampoco podía tratarla como esclava.
Todos los objetos perdidos debían ser devueltos a sus dueños legítimos. Por razones de seguridad, se debía construir una baranda alrededor de cada techo. Estaba prohibido usar Shaatnez (tejido con mezcla de lana y lino). Debía usarse tzitzit (flecos) en "los cuatro bordes del manto con que te cubres".
Un esposo que hubiera acusado falsamente a su esposa de haberle sido infiel antes del matrimonio pero después del compromiso, debía ser azotado y pagar una multa.Un hombre no debía casarse con la esposa de su padre. también se prohibieron los matrimonios con integrantes de las naciones de Amón y Moav.
Aquel que formulaba una promesa debía cumplirla.
Cuando un esposo tiene motivos para el divorcio, el matrimonio debe disolverse según el procedimiento legal del guet (ley de divorcio). Si la mujer se casa de nuevo y se convierte luego en viuda o divorciada, no puede volver a casar con su primer marido.
Si un judío le presta dinero a otro, no debe tomar como garantía nada que sirva al prestatario para su mantenimiento. Si el tomador del préstamo es pobre, el que presta debe devolver la prenda de garantía antes del anochecer, si fuera necesario. A un trabajador contratado se le debe pagar a la terminación del trabajo.
Si un hombre casado muere sin dejar hijos, su hermano debe casarse con la viuda y heredar sus propiedades. De este modo, la línea genealógica del hermano fallecido no desaparecerá con ello. Si el hermano rehúsa casarse con la viuda, será sometido a la ceremonia de jalitzá, por negarse a perpetuar el nombre del hermano.
Se formula una advertencia a los comerciantes y hombres de negocios en general, a fin de que sean extremadamente escrupulosos. No deben utilizar balanzas defectuosas, ni tratar de engañar en el peso o la medida al cliente.
Finalmente, se recomienda a los judíos que recuerden en todo momento las acciones pérfidas de Amalek, que atacó a los benei Israel cuando estaban debilitados. Ellos debían borrar el recuerdo de Amalek de la faz de la Tierra.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO
  Se un israelita capturaba a unha prisioneira de guerra nunha batalla fóra de Canaán, non podía tomala en matrimonio inmediatamente. Antes ela debía raparse a cabeza, cortarse as uñas, quitarse o vestido de cativerio e chorar aos seus pais durante un mes; todo isto para que non resultase atractiva para o xudeu. Logo, se este aínda desexaba casar con ela, podía facelo; pola contra, tampouco podía tratala como escrava.
Todos os obxectos perdidos debían ser devoltos aos seus donos lexítimos. Por razóns de seguridade, debíase construír unha varanda ao redor de cada teito. Estaba prohibido usar Shaatnez (tecido con mestura de la e liño). Debía usarse tzitzit (flocos) en "os catro bordos do manto con que che cobres".
Un esposo que acusase falsamente á súa esposa de haberlle sido infiel antes do matrimonio pero despois do compromiso, debía ser azoutado e pagar unha multa.Un home non debía casar coa esposa do seu pai. tamén se prohibiron os matrimonios con integrantes das nacións de Amón e Moav.
Aquel que formulaba unha promesa debía cumprila.
Cando un esposo ten motivos para o divorcio, o matrimonio debe disolverse segundo o procedemento legal do guet (lei de divorcio). Se a muller casa de novo e convértese logo en viúva ou divorciada, non pode volver casar co seu primeiro marido.
Se un xudeu préstalle diñeiro a outro, non debe tomar como garantía nada que sirva ao prestatario para o seu mantemento. Se o tomador do préstamo é pobre, o que presta debe devolver a peza de garantía antes do anoitecer, se fose necesario. A un traballador contratado débeselle pagar á terminación do traballo.
Se un home casado morre sen deixar fillos, o seu irmán debe casar coa viúva e herdar as súas propiedades. Deste xeito, a liña genealógica do irmán falecido non desaparecerá con iso. Se o irmán rehúsa casar coa viúva, será sometido á cerimonia de jalitzá, por negarse a perpetuar o nome do irmán.
Formúlase unha advertencia aos comerciantes e homes de negocios en xeral, a fin de que sexan extremadamente escrupulosos. Non deben utilizar balanzas defectuosas, nin tratar de enganar no peso ou a medida ao cliente.
Finalmente, recoméndase aos xudeus que recorden en todo momento as accións pérfidas de Amalek, que atacou aos benei Israel cando estaban debilitados. Eles debían borrar o recordo de Amalek da face da Terra.
Lilmod ULelamed

jueves, 23 de agosto de 2012

Shoftim (Deuteronomio 16:18 -21:9)




Moshé procedió a repasar las normas necesarias para asegurar las condiciones de una sociedad civilizada. En cada ciudad debían nombrarse jueces y funcionarios locales, y la justicia debía ser administrada correcta e imparcialmente. En consecuencia, un juez tenía prohibido mostrar parcialidad o aceptar sobornos. Si un juez local encontrara un caso muy difícil de resolver, debía derivarlo a una autoridad superior, es decir, a los cohanim y la Suprema Corte, con asiento en el Santuario. Su decisión era definitiva y la negativa a acatarla podía ser castigada con la muerte.
Moshé vaticinó que llegaría el tiempo en que los judíos desearían que los gobernara un rey, como ocurría con otras naciones. Cuando esto sucediera, el rey debería ser un israelita nativo elegido por D-s. No debería abusar de su poder para acopiar muchos caballos, mantener un harén o acumular grandes riquezas, y tendría que escribir una copia de la Torá, de modo que fuera temeroso de D-s y observante de la Ley.
Después de enumerar los presentes que debían recibir los sacerdotes para su sostén, Moshé dispuso que si un cohén de otra ciudad llegara al Santuario, se le permitiría oficiar junto con los demás cohanim y obtener parte de los obsequios que estos recibían.
La Torá prohíbe todas las formas de superstición y "magia" practicadas por un adivino. Israel no tenía necesidad de recurrir a tales trucos pues el Señor le proveería de inspirados profetas surgidos de entre los propios israelitas. Ellos debían comunicarles la voluntad de D-s. Los falsos profetas que hablaran en nombre de ídolos debían ser castigados con la muerte. El falso vidente podía ser descubierto al no cumplirse sus predicciones.
La recolocación de un mojón para ampliar una propiedad era considerada robo. Antes de que alguien pudiera ser convicto de un crimen, su acto criminal debía ser confirmado por dos testigos, por lo menos. Si se descubría que un testigo había levantado falso testimonio, debía recibir el castigo destinado a la víctima inocente.
Los israelitas no debían atemorizarse antes de entrar en batalla contra un enemigo poderoso, pues el Señor los protegería. Tres categorías de hombres estaban exceptuados del servicio militar: el que recién habían construido una casa y aún no la había inaugurado; el que habían plantado un viñedo pero no había alcanzado a disfrutar de su producción, y el recién casado.
Antes de atacar una ciudad hostil, Israel debía tratar de negociar una entrada pacífica, en cuyo caso los habitantes se convertirían en sus subordinados. Sólo si este intento pacífico fracasara, podía emprenderse la guerra. Si Israel venciese, todos los hombres del ejército enemigo serían ejecutados, pero sus mujeres e hijos serían dejados con vida. No debían destruirse los árboles frutales durante un asedio si había otros alimentos disponibles, a fin de que continuaran beneficiando a los nuevos habitantes de la ciudad conquistada.
Si se encontraba en el campo el cuerpo de una persona asesinada y no se podía descubrir al asesino, la responsabilidad por el asesinato recaía sobre la ciudad más cercana a la escena del crimen. Como expiación, los jueces y ancianos de la ciudad, actuando en nombre de los demás habitantes, debían sacrificar una vaquilla joven en un valle no cultivado por el que pasaba una corriente de agua. Entonces debían lavarse las manos en presencia de cohanim, atestiguar que de ningún modo eran responsables por el asesinato y rezar solicitando el perdón del Señor.
Lilmod ULelamed

miércoles, 15 de agosto de 2012

PARASHÁ Ree (Deuteronomio 11:26 -16:17)






Moshé hace saber a los hijos de Israel que pueden elegir entre recibir las bendiciones de D-s por observar Sus mandamientos o sufrir Su anatema por rechazar Sus leyes. En los montes de G´rizim y Eival se llevaría a cabo una ceremonia inmediatamente después de la entrada del pueblo en Eretz Israel, durante la cual se informarían las consecuencias de la bendición y la maldición.
Moshé expuso, después, una cantidad de leyes religiosas, civiles y sociales cuyo objeto era regular la vida de la nación en la Tierra Prometida. En primer lugar se ocupó del principio del culto centralizado, dirigido contra la práctica idolátrica del culto individual en cualquier sitio que fuere. todos los sacrificios debían ser traídos únicamente al lugar elegido por Hashem. Esas porciones de ofrendas permitidas al cultor profano debían ser comidas allí. Sin embargo, un animal destinado al consumo ordinario antes que a una ofrenda podía ser sacrificado y comido en cualquier lugar, a condición de que su sangre no fuese consumida.
Los b´nei Israel fueron advertidos de que no imitasen los espantosos ritos de los canaaneos, entre los que se contaba el sacrificio de niños vivientes a sus dioses. El falso profeta que intentase tentarlos a fin de que adorasen ídolos, debía ser muerto. Todos los pobladores de una ciudad que fuesen hallados culpables, después de la debida investigación, de practicar la idolatría, tambíen debían ser muertos, y la ciudad (llamada ir hanidájat) debía ser totalmente destruida a fuego. Además se prohíbe causarse laceraciones en el cuerpo o en la cabeza en señal de duelo.
En su condición de pueblo sacro, los israelitas deben evitar comer cualquier alimento considerado abominable. Moshé, en consecuencia, repasó las normas dietéticas que habían sido reveladas en el Sinaí. Estableció que un segundo diezmo (maaser shení) de la producción anual del suelo, que incluía granos, vino y aceite, debía ser traído por todo judío al Santuario, a fin de ser consumido por él mismo en ese lugar. Cualquier israelita que viviese demasiado lejos del Santuario como para llevar el maaser sheiní podía traer su equivalente en dinero y disfrutar una comida festiva con su familia y los leviím. al final del tercer y sexto año de cada ciclo de sh´mitá, ese diezmo debía ser entregado a los pobres (maaser oni) en casa antes de ser llevado al Santuario.
Al final de cada séptimo año (sh´mitá), durante el cual la tierra debía permanecer en barbecho, "todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo o de su hermano, por haberse pregonado la remisión del Señor". Esto no debe desanimar a nadie ni impedirle prestar dinero al necesitado, "porque a causa de esto te bendecirá el Señor, Tu D-s".
Además, un esclavo hebreo que hubiere sido vendido en cautiverio debe ser liberado al comienzo del séptimo año: "Y cuando le enviares de ti libre, no le enviarás con las manos vacías, sino que lo cargarás liberalmente", a fin de posibilitarle el comienzo de una nueva vida. Si el esclavo eligiera permanecer al servicio de su patrón, se le horadaría una oreja por haber preferido la esclavitud a la libertad, contraviniendo el deseo de Hashem.
Al ampliar las leyes relativas a las festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot, Moshé enfatizó que cada israelita varón debe peregrinar tres veces al año hacia el Santuario, llevando consigo ofrendas, "según su mano pudiere dar, conforme a la bendición que el Señor, tu D-s, te haya dado".
Lilmod ULelamed


GALEGO

Moshé fai saber aos fillos de Israel que poden elixir entre recibir as bendicións de D-s por observar Os seus mandamentos ou sufrir O seu anatema por rexeitar As súas leis. Nos montes de G´rizim e Eival levaría a cabo unha cerimonia inmediatamente logo da entrada do pobo en Eretz Israel, durante a cal informaríanse as consecuencias da bendición e a maldición.
Moshé expuxo, despois, unha cantidade de leis relixiosas, civís e sociais cuxo obxecto era regular a vida da nación na Terra Prometida. En primeiro lugar ocupouse do principio do culto centralizado, dirixido contra a práctica idolátrica do culto individual en calquera sitio que for. todos os sacrificios debían ser traídos unicamente ao lugar elixido por Hashem. Esas porcións de ofrendas permitidas ao cultor profano debían ser comidas alí. Con todo, un animal destinado ao consumo ordinario antes que a unha ofrenda podía ser sacrificado e comido en calquera lugar, a condición de que o seu sangue non fose consumida.
Os b´nei Israel foron advertidos de que non imitasen os espantosos ritos dos canaaneos, entre os que se contaba o sacrificio de nenos viventes aos seus deuses. O falso profeta que intentase tentalos a fin de que adorasen ídolos, debía ser morto. Todos os poboadores dunha cidade que fosen achados culpables, logo da debida investigación, de practicar a idolatría, tambíen debían ser mortos, e a cidade (chamada ir hanidájat) debía ser totalmente destruída a lume. Ademais prohíbese causarse laceraciones no corpo ou na cabeza en sinal de duelo.
Na súa condición de pobo sacro, os israelitas deben evitar comer calquera alimento considerado abominable. Moshé, en consecuencia, repasou as normas dietéticas que foran reveladas no Sinaí. Estableceu que un segundo diezmo (maaser shení) da produción anual do chan, que incluía grans, viño e aceite, debía ser traído por todo xudeu ao Santuario, a fin de ser consumido por el mesmo nese lugar. Calquera israelita que vivise demasiado lonxe do Santuario como para levar o maaser sheiní podía traer o seu equivalente en diñeiro e gozar unha comida festiva coa súa familia e os leviím. ao final do terceiro e sexto ano de cada ciclo de sh´mitá, ese diezmo debía ser entregado aos pobres (maaser oni) en casa antes de ser levado ao Santuario.
Ao final de cada sétimo ano (sh´mitá), durante o cal a terra debía permanecer en barbecho, "todo acredor remitirá o que houber prestado ao seu próximo; non o esixirá do seu próximo ou do seu irmán, por haberse pregoado a remisión do Señor". Isto non debe desanimar a ninguén nin impedirlle prestar diñeiro ao necesitado, "porque por mor disto bendirache o Señor, O teu D-s".
Ademais, un escravo hebreo que houber sido vendido en cativerio debe ser liberado ao comezo do sétimo ano: "E cando lle enviares de ti libre, non lle enviarás cunha man chea de nada e outra cousa de ningunha, senón que o cargarás liberalmente", a fin de posibilitarlle o comezo dunha nova vida. Se o escravo elixise permanecer ao servizo do seu patrón, se lle horadaría unha orella por preferir a escravitude á liberdade, contraviniendo o desexo de Hashem.
Ao ampliar as leis relativas ás festividades de Pésaj, Shavuot e Sucot, Moshé salientou que cada israelita home debe peregrinar tres veces ao ano cara ao Santuario, levando consigo ofrendas, "segundo a súa man puider dar, conforme á bendición que o Señor, o teu D-s, deuche".
Lilmod ULelamed

miércoles, 8 de agosto de 2012

Ekev (Deuteronomio) 7:12 -11:25)




Moshé continúa hablándole el pueblo judío y le asegura que en caso de observar las mitzvot será recompensado con prosperidad y buena salud. Por otra parte, no debía temer a los canaaneos, ya que D-s lo protegería. De todos modos, la conquista de la tierra de Canaán sería seguida por la eliminación de toda forma de idolatría.
Moshé explica luego, que los cuarenta años de deambular por el desierto servirían para probar la lealtad del pueblo y su adhesión a los mandamientos de D-s. Las dificultades con las que se toparon tuvieron la finalidad de disciplinarlos a fin de "hacerse saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca de D-s". A continuación describe las bondades de Eretz Israel, incluyendo los siete minim (variedades de frutos que crecen allí). Moshé les previene que la prosperidad de la cual habrían de gozar en la Tierra Prometida podría conducirlos a despreciar el papel desempeñado por el Señor en su bienestar. Esta ingratitud sería castigada severamente y los desleales judíos correrían la misma suerte de las naciones paganas que habían sido eliminadas.
Moshé recuerda al pueblo sus anteriores actos de rebeldía. Después de haber estado cuarenta días en la cumbre del monte para recibir las Lujot (tablas de la ley) regresó y se encontró con la sorpresa de que el pueblo adoraba al Eiguel hazahav (becerro de oro). Hashem había manifestado Su intención de eliminarlos, pero Moshé intervino en su favor y destrozó las Lujot, como así también el eiguel hazahav. Luego castigó a aquellos que le habían rendido culto. Además le menciona a la congregación de Israel otros actos de desobediencia: "En Taverá también, y en Masá, y en Kivrot Hataavá seguisteis provocando al Señor".
Después que Moshé hubo abogado por la causa de los b´nei Israel solicitándole al Altísimo que recordara los méritos acumulados por los patriarcas, D-s le dijo que regresara al onte para recibir otras Lujot. Estas fueron colocadas en el Arón Hakodesh (Arca Sagrada). Los cohanim y leviím fueron designados para efectuar los servicios del Mishcán y el pueblo fue autorizado a continuar su marcha desde el Sinaí hasta Canaán.
Todo lo que D-s quiere de los judíos, dice Moshé, es que Lo amen, reverencien y sirvan por medio de la observancia de las mitzvot. Su conocimiento personal y directo de la grandeza de Hashem, manifestada por medio de hechos tales como la liberación de Egipto, el milagro del mar Rojo, las experiencias en el desierto, los castigos milagrosos impuestos a Kóraj, Datán y Aviram, debería ser suficiente para asegurar su observancia y cumplimiento de los preceptos. El sometimiento a las leyes de D-s asegurará una cosecha abundante por medio de la regularidad de las lluvias de otoño y primavera. Mas si el pueblo se tornase desobediente, las aguas del cielo serían detenidas. Moshé aseguró al pueblo, además, que la adhesión a la Torá daría como resultado su victoria sobre los canaaneos y la obtención de un amplio territorio en la Tierra de Promisión.
Lilmod ULelamed
GALEGO
Moshé continúa falándolle o pobo xudeu e asegúralle que en caso de observar as mitzvot será recompensado con prosperidade e boa saúde. Por outra banda, non debía temer aos canaaneos, xa que D-s protexeríao. De todos os xeitos, a conquista da terra de Canaán sería seguida pola eliminación de toda forma de idolatría.
Moshé explica logo, que os corenta anos de deambular polo deserto servirían para probar a lealdade do pobo e a súa adhesión aos mandamentos de D-s. As dificultades coas que se toparon tiveron a finalidade de disciplinarlos a fin de "facerse saber que non só de pan vive o home, senón que o home vive de toda palabra que sae da boca de D-s". A continuación describe as bondades de Eretz Israel, incluíndo os sete minim (variedades de froitos que crecen alí). Moshé prevenlles que a prosperidade da cal haberían de gozar na Terra Prometida podería conducilos a desprezar o papel desempeñado polo Señor no seu benestar. Esta ingratitud sería castigada severamente e os desleais xudeus correrían a mesma sorte das nacións pagás que foran eliminadas.
Moshé recorda ao pobo os seus anteriores actos de rebeldía. Logo de estar corenta días no cume do monte para recibir as Lujot (táboas da lei) regresou e atopouse coa sorpresa de que o pobo adoraba ao Eiguel hazahav (becerro de ouro). Hashem manifestara A súa intención de eliminalos, pero Moshé interveu no seu favor e esnaquizou as Lujot, como así tamén o eiguel hazahav. Logo castigou a aqueles que lle renderon culto. Ademais menciónalle á congregación de Israel outros actos de desobediencia: "En Taverá tamén, e en Masá, e en Kivrot Hataavá seguistes provocando ao Señor".
Despois que Moshé houbo avogado pola causa dos b´nei Israel solicitándolle ao Altísimo que recordase os méritos acumulados polos patriarcas, D-s díxolle que regresase ao onte para recibir outras Lujot. Estas foron colocadas no Arón Hakodesh (Arca Sacra). Os cohanim e leviím foron designados para efectuar os servizos do Mishcán e o pobo foi autorizado a continuar a súa marcha desde o Sinaí ata Canaán.
Todo o que D-s quere dos xudeus, di Moshé, é que O amen, reverencien e sirvan por medio da observancia das mitzvot. O seu coñecemento persoal e directo da grandeza de Hashem, manifestada por medio de feitos talles como a liberación de Exipto, o milagre do mar Vermello, as experiencias no deserto, os castigos milagrosos impostos a Kóraj, Datán e Aviram, debería ser suficiente para asegurar o seu observancia e cumprimento dos preceptos. O sometemento ás leis de D-s asegurará unha colleita abundante por medio da regularidade das choivas de outono e primavera. Mais se o pobo tornásese desobediente, as augas do ceo serían detidas. Moshé asegurou ao pobo, ademais, que a adhesión á Torá daría como resultado a súa vitoria sobre os canaaneos e a obtención dun amplo territorio na Terra de Promisión.


Lilmod ULelamed