Después de que sus hijos Nadav y Avihú hubieron muerto como castigo por su servicio incorrecto, se le dijo a Aharón que entrara en el Kodesh Kodashim (Sanctasanctorum) una vez por año, en Iom Kipur. Ese día se expiaban los pecados cometidos por la comunidad, incluyendo los del sacerdocio, y el Santuario era purificado por si hubieran entrado en él judíos ritualmente impuros.
Ese mismo día el propio Cohén Gadol, atado la mayor parte del tiempo con ropas blancas antes que con doradas, ofrecía todos los sacrificios. Estos consistían en sus personales ofrendas quemadas de pecado, que él ofrecía por sí mismo, y ofrendas comunitarias similares llevadas en nombre del pueblo. Como parte del ritual, Aharón tomó un puñado de incienso y entró en el Kodesh Kodashim. Luego arrojó el incienso sobre carbón tomado del altar y la cubierta del Arca quedó envuelta en una nube de humo.
Dos machos cabríos fueron provistos por el pueblo como ofrenda y el Cohén Gadol echó a suertes para determinar cuál de los dos sería sacrificado. A continuación, apoyó su mano sobre la cabeza del otro animal, llamado Azazel, sobre el cual confesó los pecados del pueblo, y luego lo arrojó desde un acantilado, simbolizando así la remoción del pecado del pueblo. Se dio orden a los judíos de observar permanentemente ese día como el shabat más solemne, en el cual todo miembro de la Casa de Israel debía aflijirse por medio del ayuno y arrepentirse de sus malas acciones.
Nuevamente se advirtió al pueblo que los sacrificios podían ser ofrecidos solamente en el altar del Santuario. Ofrecer sacrificios en el lugar elegido por uno mismo era considerado un acto de idolatría. Además, si alguien deseaba sacrificar un animal para comer durante el período del desierto, debía ser traído como ofrenda de paz. Fueron promulgadas las leyes que prohiben comer carne de un animal que ha muerto sin haber sido sacrificado según el ritual, y también la ingesta de sangre.
Al pueblo se le recordó que se esperaba de él un alto nivel de conducta moral si quería continuar siendo el elegido de D-s. Por consiguiente, el adulterio y los matrimonios ilícitos están fuera de la ley. Otras naciones habían sido destruídas porque sus miembros habían observado una conducta inmoral y el mismo destino tendrían los benei Israel si actuaban del mismo modo.
Parashá Kedoshim
Se exhorta a los benei Israel a ser kedoshim, de una elevada naturaleza de santidad. Este nivel espiritual puede ser alcanzado si uno respeta a los padres, observa el shabat y rechaza la adoración de ídolos. La repulsiva costumbre pagana de sacrificar niños a Moloj, el dios de los emoritas, y de practicar la brujería, son punibles con la muerte, pues contravienen esa santidad. También están prohibidos los ritos paganos de duelo consistentes en tatuar o mutilar partes del cuerpo. Están vedadas las mezclas irregulares, tales como la cruza de animales, o el entretejido de lana y lino (shaatnez), pues ofenden las leyes divinas de la naturaleza. No se deben comer los frutos de un árbol durante los primeros tres años después de haber sido plantados.
El judío se ha de distinguir por su compasión. Debe mostrar especial consideración por el pobre y el extranjero, pues nuestros antepasados también fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Por otra parte, debe dejar para los pobres la producción de las esquinas de su campo, así como las espigas caídas. Además debe hacer tratos con sus semejantes sobre bases totalmente honestas. En consecuencia, actos tales como robar, mentir y calumniar, deben ser estrictamente evitados. El empleador debe pagar a los obreros sin demora. El comerciante debe observar completa honestidad asegurándose de que sus balanzas y pesas sean absolutamente correctas. El juez no debe mostrar parcialidad en favor del pobre ni del influyente. Aquel que difama a una persona o desorienta a un ciego o a una persona ingenua, es severamente censurado. Un judío debe hacer todo lo posible por salvar la vida de otro que está en peligro. Debe también amonestar a un semejante que comete un ereror. Por otro lado, no debe odiar a nadie, sino amar a sus semejantes como a sí mismo.
Finalmente, debe reprimir los aberrantes pecados de adulterio, incesto y bestialidad. Las naciones paganas fueron destruídas porque practicaban esos actos abominables e Israel sufrirá ese mismo destino a menos que sus miembros observen fielmente todas las leyes de Hashem. Se espera de los benei Israel que observen una forma de vida superior y permanezcan moralmente puros.
Lilmod ULelamed