viernes, 26 de octubre de 2012

Lej Leja (Genesis 12:1 - 17 :27)






A Abram le llegó el llamado divino para que abandonara Jarán y se encaminara a otra tierra que Hashem le indicaría. El patriarca se dirigió a Canaán (Eretz Israel), llevando consigo a su esposa Sarai, su sobrino Lot, y todas sus posesiones. También llevó a los mucho seguidores a quienes él y Sarai habían logrado acercar a los caminos de Hashem y de Su Torá. Los viajeros llegaron a la tierra de Canaan y continuaron hasta la ciudad de Shjem, donde D-s se le apareció a Abram en una visión y afirmó Su promesa de que algún día la tierra de Canaan pertenecería a sus descendientes. Abram construyó un mizbéaj (altar) en acción de gracias a Hashem por esas noticias felices.
Una terrible hambruna desatada en Canaan, impulsó a Abram a permanecer temporalmente en Egipto. Temiendo que los egipcios se sintieran atraídos por su esposa Sarai y lo asesinaran para apoderarse de ella , al acercarse a la tierra de Egipto le pidió que les dijera que era su hermana. Cuando arribaron a ese Pais la belleza de Sarai despertó gran admiración y fue llevada al palacio de Paró (faraón). De inmediato, Abram fue colmado de regalos de rebaños y sirvientes. Sin embargo, cuando Paró y su familia fueron castigados con misteriosas enfermedades, éste sintió que algo andaba mal. Supo que Sarai era, en realidad, esposa de Abram, y que su secuestro había causado este castigo. Paró pidió a Abram que abandonara Egipto junto con su familia y sus bienes, y Abram así lo hizo.
Con su esposa y las nuevas posesiones que había obtenido regresó a la ciudad de Bet-El, en Canaan. Puesto que Abram y Lot se habían hecho muy ricos y dueños de grandes rebaños, no había suficientes pasturas para los ganados de ambos y surgieron disputas entre los pastores. Para evitar el conflicto, Abram sugirió que él y Lot se separaran y ofreció a su sobrino que eligiera primero la tierra en la cual quería asentarse. Lot eligió la planicie del Jordán, fértil y bien irrigada, y levantó sus tiendas hasta la ciudad de Sdom, de mala fama por la perversidad de sus habitantes. Abram se estableció en la llanuras de Mamre, cerca de Jevrón y nuevamente recibió la promesa de D-s de que algún día sus descendientes poseerían esa tierra.
En esa época, cinco gobernantes del sur de Canaán, incluyendo los reyes de Sedom y Amorá, se hallaban comprometidos en una revuelta contra Kedarlaomer, rey de Elam, a quien le habían pagado tributos durante doce años. Kedarlaomer buscó la ayuda de tres de los gobernantes vecinos. La revuelta se convirtió en una batalla en la que triunfaron Kedarlaomer y sus aliados. Estos obtuvieron un botín consistente en todas las posesiones de Sedom y Amorá. Además sometieron a cautiverio a gran parte del pueblo. Entre los cautivos se encontraba Lot. Al conocer la situación de su sobrino, Abram condujo a sus familiares y servidores, y presentó batalla contra las fuerzas victoriosas, las derrotó y rescató a Lot y sus posesiones, como así también al resto de los habitantes de Sedom y todos sus bienes. El rey de esta ciudad salió a saludar a Abram luego de su victoria y le ofreció todas las posesiones que había rescatado de Kedarlaomer, como recompensa por haber liberado a los cautivos. Abram, empero, rehusó cualquier tipo de retribución por sus esfuerzos.
A pesar de toda su buena fortuna, Abram se sentía triste por el hecho de no tener, aún, un hijo y heredero. Entonces, Hashem, le indicó que mirara el cielo y contara las estrellas. “Ciertamente , no puedes contarlas”, dijo D-s, “pues así de numerosos serán tus hijos”. Luego le hizo saber que lo había sacado de la tierra de Ur Casdim para entregarle esta tierra como posesión que heredarían sus descendientes. Abram preguntó: “¿Cómo sabré que poseo esta tierra?” Y Hashem selló, entonces, un pacto con él, conocido como Brit bein habetarim (pacto en las mitades). D-s le informó luego que sus descendientes serían esclavizados temporalmente en tierra extraña, pero que saldrían de ella con gran riqueza.
Como no tenía hijos, Sarai sugirió a Abram que tomara a su sierva hagar como segunda esposa. Cuando Hagar advirtió que estaba encinta le perdió el respeto a Sarai. Esta se sintió muy molesta y se quejó a Abram. El patriarca devolvió a Sarai su autoridad sobre hagar. Después, Sarai tuvo que lidiar duramente con la sierva, que terminó huyendo. Un ángel de Hashem apareció ante Hagar y le dijo que regresara, prometiéndole que el hijo que tendría , Ishmael, sería el fundador de una gran Nación. Cuando Abram llegó a la edad de noventa y nueve años Hashem renovó Su pacto con él y cambió Su nombre por el de Abraham, que significa “padre de una multitud de naciones”. Luego le ordenó que se circuncidara, junto con todos los demás varones de su casa. Desde entonces, todo niño varón judío que nace debe ser circuncidado a los ocho días de edad. Este ha sido el signo del pacto entre D-s y Abraham y sus descendientes. Hashem dijo también a Abraham que a partir de entonces Sarai sería conocida como Sará, que significa “princesa”. Abraham cumplió prestamente la gran mitzvá del Brit milá (circuncisión) en Ishmael y todos los varones de su casa, y luego se circuncidó él mismo. Todo esto fue realizado por Abraham a la luz del día, sin importarle lo que los demás podrían decir o hacer.
Lilmod ULelamed


EN GALEGO

A Abram chegoulle o chamado divino para que abandonase Jarán e encamiñásese a outra terra que Hashem indicaríalle. O patriarca dirixiuse a Canaán (Eretz Israel), levando consigo á súa esposa Sarai, o seu sobriño Lot, e todas as súas posesións. Tamén levou aos moito seguidores a quen el e Sarai lograran achegar aos camiños de Hashem e do seu Torá. Os viaxeiros chegaron á terra de Canaan e continuaron ata a cidade de Shjem, onde D-s aparecéuselle a Abram nunha visión e afirmou A súa promesa de que algún día a terra de Canaan pertencería aos seus descendentes. Abram construíu un mizbéaj (altar) en acción de grazas a Hashem por esas noticias felices.
Unha terrible fame negra desatada en Canaan, impulsou a Abram a permanecer temporalmente en Exipto. Temendo que os exipcios sentísense atraídos pola súa esposa Sarai e asasináseno para apoderarse dela , ao achegarse á terra de Exipto pediulle que lles dixese que era a súa irmá. Cando arribaron a ese Pais a beleza de Sarai espertou gran admiración e foi levada ao palacio de Parou (faraón). De inmediato, Abram foi colmado de agasallos de rabaños e serventes. Con todo, cando Parou e a súa familia foron castigados con misteriosas enfermidades, este sentiu que algo andaba mal. Soubo que Sarai era, en realidade, esposa de Abram, e que o seu secuestro causara este castigo. Parou pediu a Abram que abandonase Exipto xunto coa súa familia e os seus bens, e Abram así o fixo.
Coa súa esposa e as novas posesións que obtivera regresou á cidade de Bet-O, en Canaan. Posto que Abram e Lot fixéronse moi ricos e donos de grandes rabaños, non había suficientes pasturas para os gandos de ambos e xurdiron disputas entre os pastores. Para evitar o conflito, Abram suxeriu que el e Lot separásense e ofreceu ao seu sobriño que elixise primeiro a terra na cal quería asentarse. Lot elixiu a planicie do Jordán, fértil e ben irrigada, e levantou as súas tendas ata a cidade de Sdom, de mala fama pola perversidad dos seus habitantes. Abram estableceuse na chairas de Mamre, preto de Jevrón e novamente recibiu a promesa de D-s de que algún día os seus descendentes posuirían esa terra.
Nesa época, cinco gobernantes do sur de Canaán, incluíndo os reis de Sedom e Amorá, achábanse comprometidos nunha revolta contra Kedarlaomer, rei de Elam, a quen lle pagaron tributos durante doce anos. Kedarlaomer buscou a axuda de tres dos gobernantes veciños. A revolta converteuse nunha batalla na que triunfaron Kedarlaomer e os seus aliados. Estes obtiveron un botín consistente en todas as posesións de Sedom e Amorá. Ademais someteron a cativerio a gran parte do pobo. Entre os cativos atopábase Lot. Ao coñecer a situación do seu sobriño, Abram conduciu aos seus familiares e servidores, e presentou batalla contra as forzas vitoriosas, derrotounas e rescatou a Lot e as súas posesións, como así tamén ao resto dos habitantes de Sedom e todos os seus bens. O rei desta cidade saíu a saudar a Abram logo da súa vitoria e ofreceulle todas as posesións que rescatara de Kedarlaomer, como recompensa por liberar aos cativos. Abram, emporiso, rehusó calquera tipo de retribución polos seus esforzos.
A pesar de toda a súa boa fortuna, Abram sentíase triste polo feito de non ter, aínda, un fillo e herdeiro. Entón, Hashem, indicoulle que mirase o ceo e contase as estrelas. "Certamente , non podes contalas", dixo D-s, "pois así de numerosos serán os teus fillos". Logo fíxolle saber que o sacou da terra de Ur Casdim para entregarlle esta terra como posesión que herdarían os seus descendentes. Abram preguntou: "Como saberei que posúo esta terra?" E Hashem selou, entón, un pacto con el, coñecido como Brit bein habetarim (pacto nas metades). D-s informoulle logo que os seus descendentes serían esclavizados temporalmente en terra estraña, pero que sairían dela con gran riqueza.
Como non tiña fillos, Sarai suxeriu a Abram que tomase á súa serva hagar como segunda esposa. Cando Hagar advertiu que estaba encinta perdeulle o respecto a Sarai. Esta sentiuse moi molesta e queixouse a Abram. O patriarca devolveu a Sarai a súa autoridade sobre hagar. Despois, Sarai tivo que lidar duramente coa serva, que terminou fuxindo. Un anxo de Hashem apareceu ante Hagar e díxolle que regresase, prometéndolle que o fillo que tería , Ishmael, sería o fundador dunha gran Nación. Cando Abram chegou á idade de noventa e nove anos Hashem renovou O seu pacto con el e cambiou O seu nome polo de Abraham, que significa "pai dunha multitude de nacións". Logo ordenoulle que se circuncidara, xunto con todos os demais homes da súa casa. Desde entón, todo neno home xudeu que nace debe ser circuncidado aos oito días de idade. Este foi o signo do pacto entre D-s e Abraham e os seus descendentes. Hashem dixo tamén a Abraham que a partir de entón Sarai sería coñecida como Sará, que significa "princesa". Abraham cumpriu prestamente a gran mitzvá do Brit milá (circuncisión) en Ishmael e todos os homes da súa casa, e logo se circuncidó el mesmo. Todo isto foi realizado por Abraham á luz do día, sen importarlle o que os demais poderían dicir ou facer.
Lilmod ULelamed